El escándalo Odebrecht amenaza con detonar la relación de Arely Gómez y Cervantes
Arely Gómez y Raúl Cervantes supieron ser grandes amigos, especialmente cuando ambos estaban en el Senado y Arely era figura central de la llamada Telebancada. Ella es la hermana de Leopoldo López, un importante directivo de Televisa.
La relación era cordial. Cuando Arely fue promovida a la PGR, Cervantes era su informante de todo el acontecer en el Congreso. El vínculo se deterioró cuando Cervantes terminó ocupando su lugar, al ser promovido el año pasado al frente de la PGR, y Gómez fue relegada a la Secretaría de la Función Pública (SFP), tras la resolución que Virgilio Andrade, caso de Higa y la Casa Blanca.
Arely siempre entendió ese movimiento como una traición y aunque trataron de reamigarlos el trato siguió en tensión. Y podría serlo aún más, especialmente si la titular de la SFP insiste en que ella irá a fondo en el escándalo Pemex-ICA-Odebrecht. Debe investigar quienes fueron los ejecutivos de la paraestatal que cobraron sobornos millonarios de la constructora sudamericana.
El lunes pasado, la SFP comunicó que ya se había activado la investigación contra un grupo de funcionarios y ex funcionarios de Pemex. Se dijo incluso que ya había una denuncia presentada por parte de la propia PGR.
El caso Odebrecht se está convirtiendo en una cuestión álgida para el entorno presidencial porque está instalada la idea de que si Andrés Manuel López Obrador es presidente en 2018 va a ser el caso que se utilice para avanzar contra el PRI luego del sexenio.
Esta percepción está potenciada porque en la corte de Brooklyn donde se desglosa la declaración de Marcelo Odebrecht se sostiene que los beneficiarios de los sobornos fueron figuras del máximo nivel en la petrolera. O sea, por las fechas, Emilio Lozoya y su entorno directo.
Desde el Gobierno le habrían pedido a Cervantes interceda ante Arely para que el caso no explote antes de las elecciones. En el entorno de Arely revelaron a La Política Online que la ex senadora está decidida a tener resultados y que cada tanto repite el axioma de que "yo no voy a terminar como Andrade", que terminó muy cuestionado luego de sostener que en el caso de la Casa Blanca el presidente no había cometido ninguna irregularidad.