Tensión

Coparmex acusa de "conservador" al CCE: "Nosotros queríamos un salario más progresista"

Al interior del CCE hubo intereses encontrados entorno al salario mínimo. Coparmex no está conforme con el aumento.

Cuando se anunció el acuerdo de un incremento salarial de 80.04 pesos por parte de la Conasami fue celebrado por el sector empresarial, que en últimos días venía presionando por una definición. Pero al interior de las agrupaciones empresarias surgieron fuertes tensiones en una batalla por un incremento más progresista, contra otro más conservador.

Puntualmente, la Coparmex se mostró en desacuerdo, pues desde un principio pugnaban por un salario mínimo mucho más ambicioso: 89.35 pesos. Sus autoridades incluso advirtieron que seguirían en diálogo con el Gobierno para lograr este objetivo, que a decir de su presidente, Gustavo de Hoyos, “es posible y necesario”.

Pero no todos los asociados del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se alinearon a este pedido más "progresista", como lo definen en la Coparmex. El debate entre los 7 socios y los 5 invitados permanentes derivó en una solicitud mucho más conservadora.

“Nosotros presentamos una propuesta progresista, mucho más social, que piensa en todos los trabajadores del país, no sólo en los intereses de los dueños de las empresas. La CCE demostró ser demasiado conservadora”, se quejó un directivo de la Coparmex, en diálogo con LPO.

En la CCE, en cambio, prevaleció el temor por el posible impacto que podría tener una aumento demasiado alto en el salario mínimo. El problema para ellos era el impacto que pueda tener en el resto de las negociaciones salariales del resto del año. "La decisión sobre el salario mínimo funciona como un faro", repiten en la CCE. 

Tanto es el temor a que se tome como referencia para el resto de las negociaciones salariales, que para el Consejo Económico Empresarial el aumento estuvo dividido en dos partes: un incremento 3.9% "que sirve como referencia para los salarios contractuales", más otros 4 pesos, al que llamó Monto Independiente de Recuperación (MIR).

Los empresarios intentaron así evitar que se interprete como un aumento de casi 9%, como sucedió en los hechos. El motivo es simple: si los gremios exigen un aumento de esa magnitud sí habrá impacto en la inflación. 

En diálogo con este medio, el economista Julio Soto, explicó el salario mínimo preocupa por el escenario tan adverso que ya contempla el mercado para el 2017. “Quizá este salario sería conveniente con la inflación actual. Pero aunque nadie puede predecir qué va a ocurrir el próximo año, es posible que haya mayores presiones inflacionarias -estaría cerca del 4%-, por lo tanto este incremento sería muy débil para levantar el salario mínimo".

Soto consideró que el tipo de cambio es otro factor que deben estar considerando algunas empresas que importan insumos o que tienen deuda en dólares -y sus costos han aumento mucho con la depreciación del peso-, con lo que consideró que continuarán habiendo fuertes cruces entre los empresarios en torno a este tema.