Justicia

Arenas se aleja del Bronco y planifica intento para la Suprema Corte en 2018

Está desencantado con la causa independiente. Busca evitar nuevos problemas internos.

 Hace rato que el titular del Poder Judicial de Nuevo León Carlos Arenas no concurre a la mesa del abogado Sergio Martínez Arrieta en el restaurante San Carlos de Morones Prieto. Ese convite es conocido en los pasillos judiciales porque es cercano al Palacio de Cantera. De hecho, hace poco el conocido abogado de quejó de que Arenas ha estado más distante.

En realidad el magistrado está dando múltiples señales de que con la caída de sus chances para el Tribunal Electoral, también se terminó su idilio independentista. Hacia adentro de la estructura judicial la muestra más evidente fue cuando evitó respaldar los reclamos de la jueza de control Juliana Cruz que se quejaba de que la habían reasignado a la localidad de China, a una hora de Monterrey. Llegó a alegar que era una persona de edad y que no le daban vehículo. Cruz integraba el grupo de jueces independientes, cercanos al Bronco como Genaro Muñóz, Francisco Mendoza o Graciela Buchanan.

Esta liga encumbro a Arenas como presidente, movimiento que el Bronco apoyó con la idea de que Arenas facilitara el terreno en los casos contra Rodrigo Medina. Nada ocurrió. Arenas evitó operar políticamente y cuando surgió la chance de la justicia electoral el gobernador esperaba con ansias que Arenas fuera electo para designar un reemplazo más acorde a los objetivos políticos.

Según cuentan en el gabinete, Arenas nunca intercedió en lo más mínimo en los casos contra Medina. Demostró ser un técnico que eligió preservarse de los efectos de la arena política.

Cuando el Congreso reformó por ley el Consejo de la Judicatura Arenas se enfrentó a las partidos y luego presentó una queja en la Suprema Corte. Fue su momento de mayor compromiso con el gobernador. Hoy en día ya ni siquiera viaja a CDMX  a cabildear por esa resolución en máximo tribunal.

Le quedan todavía como presidente del Poder Judicial estatal pero el magistrado ya busca otros objetivos, como por ejemplo, la vacante que ofrecerá la SCJN en 2018. Cuando se postuló para el Trife su nominación tuvo apoyo total de todos los miembros de la Corte. Ese dato se debe considerar. El desafío sería entablar vínculos políticos en el Senado. Tiempo le sobra.