Finanzas

Carstens renunció al Banxico pero propone a Díaz de León de sucesor

Es el nuevo integrante de la Junta de Gobierno. Fue confirmado por el Senado y tiene experiencia en comercio.

La salida de Agustín Carstens del Banco de México está ligada a dos frentes. El externo con el ascenso de Donald Trump en Estados Unidos y el interno en el cuál el economista se preocupó por dejar en la junta del Banxico a quien quiere que sea su sucesor: Alejandro Díaz de León. No es casualidad que la renuncia se manifieste a horas de que el Senado confirmara la designación del protegido de Carstens.

Ahora tiene más sentido que Enrique Peña Nieto haya elegido para al Banxico a el candidato del gobernador actual  y no a los prospectos que llevó Luis Videgaray o a un profesor de la Universidad de Nueva York que intentó acercar el propio José Antonio Meade.

Díaz de León ha hecho toda su carrera bajo la tutela de Carstens. Director del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), titular de la Unidad de Crédito Público en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, vocal ejecutivo del Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado (PENSIONISSSTE), director de Estudios Económicos y Director de Análisis Macroeconómico en el Banco de México, entre otros. Igual que el gobernador del Banxico, es una muestra de purismo entre los defensores de la ortodoxia en materia económica.

Así como el presidente dijo en el Consejo Político del PRI que era preciso proteger las reformas logradas en su sexenio, Cartens le dijo a Peña que Díaz de León está preparado para manejar el tsunami que podría venir y respaldar su legado.  El economista llegó al Banxico empapado de temas de comercio internacional por su cargo en Bancomext lo cual le da buen handicap.

Carstens se integrará al Banco de Pagos Internacionales (BPI), la institución financiera internacional más antigua del mundo. Fue fundado el 17 de mayo de 1930. Su sede se encuentra en Basilea (Suiza) y cuenta con oficinas de representación en Hong Kong RAE y en Ciudad de México. Los 632 empleados del BPI proceden de 58 países.

Quienes lo conocen aseguran que hace tiempo venía meditando sobre un cambio de vida y que por eso el triunfo de Trump en EU aceleró esos planes. Cuando en la última conferencia de banqueros en Acapulco en marzo de este año le preguntaron sobre si cumpliría su mandato entero dijo que todo dependía de lo que ocurriera a nivel internacional. Trump es la excusa para pasar a un segundo plano en un organismo de prestigio.

"El capitán no deja el barco en la tormenta"

Por lo pronto, Carstens asegura que no debe leerse su salida “como una reacción de mi parte a una situación coyuntural o aun supuesto desencuentro con la secretaría de Hacienda o el Gobierno Federal”.

Y fue muy enfático al hablar sobre el comentario de que “el capitán está dejando el barco en plena tormenta”, en ese sentido dijo que “aún hay gobernador”, señalando que todavía le restan 7 meses en el cargo y agregó positivo: “y espero que la tormenta no dure tanto”.

Y en línea con lo que posteriormente dijera el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, aseguró que lo que le permite tomar dicha decisión con tranquilidad es que el Banxico “es una institución bien formada con un gran capital humano. No depende de un gobernador; yo soy uno de cinco en la toma de decisiones”.

Una de las preguntas obligadas ha sido cómo consideran que deberá ser el perfil del próximo gobernador que asumirá el cargo hacia julio, un tema sobre el cual Carstens se permitió bromear: “primero, que sea más esbelto”. Luego ya más serio, dijo que la ley establece claro las características que debe tener y consideró que “hay muchas personas en México” que coinciden con ese perfil.

Por otro lado se refirió a la discrepancia que hubo sobre proyección de crecimiento económico entre Hacienda y Banxico: “el que haya esas diferencias es sano porque se reconoce a través de esas diferencias que hay incertidumbre y hay diferentes puntos de vista al respecto