Decisión 2016

En EU, crece el pedido de independencia en California tras el triunfo de Trump

El grupo de independentistas presentó esta semana la propuesta para remover su estrella de la bandera norteamericana.

California, el estado número 31 de la Unión Americana, el que supera a 47 otros juntos en desarrollo económico, ha visto crecer tras los últimos comicios presidenciales un movimiento que promueve la salida de California de Estados Unidos.

Los analistas han bautizado al grupo de partidarios de la independencia de California como “Calexit” (en referencia a lo ocurrido con Gran Bretaña). Esta semana, el autodenominado “Yes, California” presentó su propuesta ante el Fiscal General del estado, donde solicita llamar a votaciones generales para decidir el futuro de los californianos.

“En la primavera de 2019, los californianos irán a las urnas en una votación histórica para decidir a través de un referéndum si California debe salir de la Unión, un voto #Calexit", se lee en el Twitter oficial del grupo promotor de esta iniciativa.

La campaña desatada durante su campaña contra todas las minorías (mujeres, negros, personas discapacitadas, inmigrantes), han hecho que el rechazo a Donald Trump se cristalice en todo el país bajo el nombre de “Trump it´s not my president”.

El grupo independentista existe desde 2014, pero no fue sino hasta la victoria del empresario neoyorquino Donald Trump cuando la propuesta ha empezado a tomar forma, impulso y apoyo. Como en Chicago y Nueva York, California es uno de los estados con más presencia de opositores al republicano, no sólo porque es uno estado en el que los candidatos demócratas han ganado desde 1992, sino también por la propia conformación de la población californiana, compuesta por inmigrantes de varias partes del mundo.

Apelando al artículo 2º de la Constitución de California, el grupo que organiza el Plebiscito de Independencia de 2019 tendrá que esperar el visto bueno del procurador general del estado, sino que tendrá que reunir el apoyo popular para que sea aprobada la medida en noviembre de 2018.

El primer trámite que los independentistas deben superares la modificación de la Constitución que les permite llevar a cabo este referéndum. En la facción primera del artículo 3º puede leerse que California es “una parte inseparable” de los Estados Unidos de América.

Más tarde, si puede operar hasta el grado de reformar la constitución estatal, los independentistas deberán recolectar poco más de 500 mil firmas de ciudadanos residentes en California que apoyen la medida.

“Tendremos seis meses para recoger unas 585 mil 407 firmas válidas. Nuestro objetivo es lograr un millón”, declararon lo activistas pro independencia, que ya suman 11 mil simpatizantes de acuerdo con información de la prensa.

Otro de los argumentos que se han reflejado en algunas encuestas es la creencia de que la salida de EUA es necesaria porque, en proporción, California tributa mucho más que el resto de las demás estrellas de la bandera norteamericana. Y los beneficios a cambio son muy pocos.

Y por abastecimiento, empleo y recursos, los californianos realmente no tienen mucho de qué preocuparse. Cabe recordar que la famosa tesis de que si California fuera un estado soberano se encontraría dentro de las 10 primeras economías de todo el mundo (algunos aseguran que la octava, otros que la sexta), superando a la mayoría de los países que integran el continente americano, es muy popular.

Las oficinas centrales de Facebook, Apple y Google residen en Silicon Valley.

Por otro lado, California es la sede de los gigantes transnacionales más poderosos e influyentes del mundo: las oficinas centrales de Facebook, Apple y Google residen en Silicon Valley, quienes -en el mismo sentido- manifestaron su apoyo a HIllary Clinton durante la campaña electoral.

Aunque esto no es un hecho insólito en la historia del vecino país, Texas por ejemplo lo ha intentado en el pasado, la viabilidad de esta iniciativa ciudadana deberá sumar apoyos de personalidades con cargos importantes en el gobierno, porque no ha ocurrido antes que una estrella sea retirada de la bandera norteamericana y, de acuerdo con los mejores análisis, como en España con el País Vasco, la última palabra la tendrá siempre el enemigo, Washington D.C.