Decision 2016

Exclusivo: Videgaray tranquiliza a los empresarios ante un posible triunfo de Trump

Asegura que el dólar no pasaría de 21 pesos. Descree de varias promesas de campaña del republicano.

Desde que Donald Trump revivió sus chances en la pelea por la Casa Blanca el celular de Luis Videgaray no ha parado de sonar. En un discreto segundo plano, quien fuera el funcionario más influyente del gabinete ve renacer, al menos por un momento, su buena estrella, esa que perdió tras gestionar la visita de Trump a Los Pinos. Es evidente: la conmoción que implicaría un triunfo del republicano sería a la vez una victoria rotunda para Videgaray que volvería a las primeras filas del Gobierno casi de inmediato: embajador en Washington, canciller, el cargo será lo de menos.

Desde el pasado lunes, cuando las revelaciones del FBI tomaron forma en las encuestas, Videgaray se ha dedicado a llevar tranquilidad a los empresarios más influyentes del país. El mensaje es que aún ganando Trump no deben preocuparse y que no hay que entrar en pánico.

El ex funcionario entiende que el peso mexicano es una de las monedas de mayor liquidez en el mundo, tiene mucha presión de especuladores, si gana Trump el peso se irá de 18 o 19 a 21 en su cotización respecto al dólar. "Pero no será más grave que eso, es una cuestión de expectativas", ha deslizado Videgaray que señala al mismo tiempo que Trump trae problemas con muchos países: "la diferencia es la liquidez del peso que opera 24 por 7 en todo el mundo".

En el escenario que describe Videgaray tiene como principal inquietud un alza en la inflación: el retroceso del peso influirá en los bienes importados y eso podría elevar los precios. "Pero, ¿Y qué hay de las remesas?, este año han crecido y eso ayuda a la economía interna, ¿Que hay del sector automotor en el Bajío?, ¿Qué hay del turismo?", señala buscando el lado positivo de lo que muchos perfilan como una tormenta perfecta.

Conocedor de la real politik , pide también no descuidar el poder de lobby de los grandes capitales estadounidenses, que, señala, "hoy están en silencio, pero a las horas de la definición electoral comenzarán a operar".  En cuanto a las medidas más drásticas contra los inmigrantes también las relativiza y señala la fortaleza de las instituciones en EU: una Corte Suprema que Trumo no controla, un Senado con dos partidos que son hostiles a su persona y poderosas corporaciones mediáticas que harán oposición desde el primer día.

Habla con diferentes miembros del gabinete a diario, supervisa detalles de la elección en Estado de México (trae hace poco la idea de que Aurelio Nuño podría ser un buen candidato allí) y mientras tanto observa en silencio la definición por la Casa Blanca. Su redención hacia adentro y fuera del gobierno, como estratega político y operador de alto nivel, es ahora un poco más posible.