Confirmado: AMLO seduce al padre Solalinde para sumarlo como "líder moral" de su campaña
Pasaron más de siete meses. Quizás más. Las reuniones entre el padre Alejandro Solalinde y Andrés Manuel López Obrador se hicieron cada vez más frecuentes. La Política Online reveló a principios de años la intención de AMLO de sumar al sacerdote como un "líder moral" de su campaña, pero se encontró en reiteradas oportunidades con una negativa.
Algo cambió. En sus redes sociales, el líder de Morena publicó una fotografía revelando la última reunión con el sacerdote y mostrándolo como una suerte de consejero aliado a su causa e incluso ante un eventual gobierno suyo.
"Platiqué con el Padre Solalinde. Me propuso la creación de un consejo ciudadano de contraloría social y ética, integrado por personas de inobjetable autoridad moral. Que acompañaría en mi gobierno. Estoy de acuerdo", escribió.
Este coqueteo se había intentando mantener en silencio hasta el momento. Este medio explicó que la estrategia de Morena es replicar el modelo del boliviano Evo Morales, buscando alianzas con comunidades populares y con grupos disidentes -como ensayó con la CNTE- en lugar de apuntar a las alianzas con otros partidos.
Solalinde encaja perfecto en esa búsqueda de apoyo, pues es un hombre muy activo en la defensa de los derechos humanos de los migrantes, además de ser un referente religioso.
Pero el padre tenía varias objeciones. Por ejemplo, en más de una oportunidad le criticó a López Obrador su forma de hacer política y construir una estructura con elementos de "dudosa credibilidad" en su nuevo partido.
“No ha escogido bien, no ha hecho una suficiente consulta para que a partir de un proceso inductivo de la ciudadanía pueda elegir gente honesta. En esa dinámica no ha logrado sacudirse del todo el sistema político mexicano –es decir, priísta-", dijo.
En una entrevista exclusiva con LPO, Solalinde había sido todavía más duro al cuestionar a AMLO por meter en Morena a "políticos viejos, mañosos y reciclados".
La foto es, sin dudas, un gesto de apoyo -aunque silencioso- por parte del sacerdote. Llega en un momento muy sensible para López Obrador, cuando uno de sus asesores más cercanos es vinculado a un caso de fraude y de intento de tráfico de influencias.