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Tras confirmar compra, Lamosa afronta ahora conflicto gremial en Argentina

Cerámica San Lorenzo ha sido demandada en la justicia laboral tras una serie de despidos.

 Grupo Lamosa concluyó esta la adquisición de Cerámica San Lorenzo por un monto aproximado de 230 millones de dólares, libre de deuda neta. La transacción  implica la adquisición de 6 subsidiarias con presencia en Chile, Colombia, Perú y Argentina. 

La operación contó con las aprobaciones requeridas por la regulación vigente, y será financiada con deuda a través de la disposición de dos líneas de crédito comprometidas.


La primera por 200 millones de dólares, la cual forma parte del crédito sindicado suscrito en 2014 con Scotiabank y otros bancos participantes; el resto se cubrirá mediante la disposición al amparo de un crédito revolvente bilateral que se tiene con la misma institución financiera hasta por un monto de 70 millones de dólares.



Pero ahora el grupo regiomontano afronta una situación compleja en la filial argentina. Allí fueron suspendidos todos los empleados de una planta ubicada en la provincia de San Luis y se aplicó una drástica reducción de salarios.

Cerámica San Lorenzo alegó una fuerte caída de la demanda lo cual provocó que la producción superara los límites de stock. En enero de este año, los trabajadores habían protestado por situaciones irregulares como despidos injustificados, licencias médicas no respetadas y un premio por productividad que la empresa no cumplió en pagarles. En ese mismo momento fueron despedidos 100 empleados, anticipando las complejidades de producción y ventas de cara al año 2016.

En paralelo en la planta ubicada en la provincia de Buenos Aires fueron despedidas 100 personas. Cerámica San Lorenzo tiene una tercera fabrica ubicada en el sur del país en Puerto Madryn.

Argentina es un país donde la justicia laboral tiene una tradición, en los últimos  diez años, de estar más cerca del trabajador y de los sindicatos que de las compañías lo cuál se traduce en fallos millonarios contra las empresas. Esto se debe a que  gran parte de los jueces fueron promovidos por poderosos sindicatos ligados al pernismo.