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Exclusivo: el CEO de Techint propuso un acuerdo continental para enfrentar a China

Pablo Rocca habló con LPO y solicitó un pacto de libre comercio en América.

Paolo Rocca pidió a los gobiernos de Argentina y México asociarse para restringir las inversiones de China, durante su participación en el Foro Empresarial de ambos países realizado esta tarde en la Cancillería, donde atendió en exclusiva a LPO. 

Rocca fue el empresario estelar del evento, que abrieron los presidentes Mauricio Macri y Enrique Peña Nieto, quien pidió estabilidad macroeconómica para garantizar inversiones. Y antes de terminar su ponencia aprovechó para volver a pedir medidas contra China y celebró como un triunfo el reciente incremento temporal de aranceles en México para importar chapa desde el gigante asiático. 

“Hay una consciencia de la importancia de tener una visión que incluya la exigencia de mantener la cancha nivelada para la producción industrial. Y la anomalía es China, que no es una economía de mercado. Esto va a ser un debate importante los próximos meses”, le dijo a LPO. 

-¿Le está pidiendo a Macri derogar cuanto antes los acuerdos con China, como el convenio de cooperación del anterior Gobierno? 

-No entraría en un acuerdo específico. Pero que quede claro que ahora es un tema.

 -¿Cree que Argentina necesita una medida antidumping con China como ya hay en México? 

-Macri está avanzando en la relación con la Alianza del Pacífico para ver como se puede articular el posicionamiento comercial internacional de Argentina. Me parece una posición muy sólida. 

-Peña Nieto insistió con un acuerdo de libre comercio entre los dos países. ¿Está dispuesto a apoyarlo? 

-Para nosotros estaría interesante, pero vale la pena explorar dentro de los límites de la realidad, que es la relación con Brasil, porque también es importante y hay que preservar. (El acuerdo de libre comercio con México) tiene que ser algo discutido con nuestros socios del Mecosur. Pero es algo interesante. 

Paolo Rocca, CEO de Grupo Techint.

Obsesión china 

Además de su histórica presencia en Argentina, Rocca es un jugador fuerte en México, donde invirtió 12 mil millones de dólares en los últimos dos años, suficiente para visitar con frecuencia Los Pinos, la voluminosa residencia presidencial. 

Nadie le discute su presidencia de la Cámara de Comercio Argentino-Mexicana. Salazar Lomelín hace lo propio en la Cámara Mexicano-Argentina y por eso firmaron un convenio con Macri y Peña Nieto en la apertura del foro. 

“Nuestra primera planta de tubos sin costura fue en Veracruz en 1952. Recién dos años después llegamos a Argentina”, reseñó el empresario italiano, en la apertura de un panel que compartió con el CEO de Arcor Luis Pagani y los mexicanos Carlos Salazar Lomelín (presidente de Femsa, socia de Coca Cola) y Carlos Rojas Mota Velasco (titular de Rotoplas, fabricantes de tanques de agua).

Macri está avanzando en la relación con la Alianza del Pacífico para ver como se puede articular el posicionamiento comercial internacional de Argentina. Me parece una posición muy sólida

El dueño de Techint celebró el cambio de rumbo de Mauricio Macri en Argentina (“estamos pasando de la discrecionalidad a la institucionalidad, con voluntad de construir políticas de largo plazo”) y confió en pronto acuerdos comerciales entre empresas de ambos países. “Por primera vez en 30 años, Argentina y México están en un camino convergente. No se puede perder la posibilidad de construir una América Latina Industrial”, alentó. 

Destacó que ambos presidentes hayan negociado reformas estructurales con la oposición e insistió en que la relación bilateral está en ciernes. “Argentina representa un 0.3% del comercio de México, que es el 2.5% del de aquí. Está todo por construir”, se esperanzó. 

Pero su prédica victoriosa cambió cuando empezó a hablar del gigante asiático. “Entre los temas a futuro hay un tema: los dos países tiene que tener una visión sobre China común”, exigió. Un dato: uno minutos antes, en otro salón de la cancillería había participado de un acto sobre inversión automotriz el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, quien se enfrentó al jefe de Techint este año cuando intentó importar tubos sin costura de China. Debió intervenir el Gobierno. 

“China es un tema sustancial para la industria de nuestros países. Y lo es para todo el mundo, pero en particular para el futuro a 10 años de la división industrial de América Latina y Estados Unidos”, explicó. Y le marcó la cancha a Macri. “Lo tenemos que tener presente. Lo que percibo hoy en México y espero percibirlo en Argentina es una postura común en asegurar una ‘cancha nivelada’, donde se pueda invertir sin que la naturaleza del Estado de China pueda destruir valor”. 

“Tenemos que tener una apertura entre Alaska y Tierra del Fuego. Pero no con China”, sentenció Rocca. Al salir de la sala un empresario intentó minimizar su preocupación, pero no lo logró. “En China los obreros ya no ganan 20 dólares: ganan 300. Lo importante es que nos integremos”, le sugirió. “Si, pero China no es una economía de mercado y eso hay que tenerlo claro”, respondió el jefe de Techint. 

Puro optimismo 

El resto de los oradores del panel (coordinado por periodista de La Nación José Del Río) derrocharon optimismo por el futuro comercial de Argentina y México.

Vale la pena explorar esa Alianza del Pacífico, pero dentro de los límites de la realidad, que es la relación con Brasil, porque también es importante y hay que preservarla.

“Me gustó mucho escuchar a Macri declarar la guerra contra la empresa. ¡Perdón! ¡Contra la pobreza!”, se corrigió Salazar Lomelín, presidente de la poderosa Femsa. Anunció jocoso la adquisición de la marca de jugo Ades, “que nació en Tucumán”, recordó.

"Mirá que acá se le declaraba la guerra a las empresas", bromeó luego Rocca. Pagani puso como ejemplo su alianza con Bimbo para promover asociaciones entre empresarios de ambos países. “México es muy dulcero. Pero les gusta con chile”, bromeó el dueño de Arcor, en alusión al picante consumido por el país azteca. Velasco se mostró confiado en sumar mercado en Argentina, donde está hace 18 años. “Es un consumidor de clase media y exigente”, lo describió.