Denuncia

El gobierno Federal se deslinda de denuncia contra Carmen Aristegui

Presidencia aseguró que ni el gobierno, ni ninguna dependencia, han presentado recurso legal contra algún periodista.

Tras la demanda que MVS interpuso contra la periodista Carmen Aristegui por presunto “daño moral” debido al prólogo incluido en el libro La Casa Blanca, el gobierno federal negó formar parte de esta acción legal.

Así, a través de un comunicado, la Presidencia de la República aseguró que “ni el gobierno de la República ni dependencia alguna de la Administración Pública Federal ha presentado recurso legal contra algún periodista o comunicador”.

Además, señaló que el asunto se trata claramente “de conflictos entre particulares” y que se está resolviendo en las instancias judiciales de la Ciudad de México.

El día de ayer, la periodista dio a conocer que Joaquín Vargas, presidente de esta cadena de comunicación, había interpuesto una demanda en su contra pues en el prólogo del libro se hace una referencia directa a él.

Por su parte, la empresa confirmó esta acción legal y se explicó que no se busca una indemnización económica, sino una disculpa por parte de Aristegui o que demuestre lo que está señalando en su publicación.

La periodista señaló que “al ver que el presidente pide perdón por la Casa Blanca, ofrecía disculpas a los mexicanos irritados por el tema, a nosotros nos pareció muy importante salir a decir de qué se trata el perdón del presidente cuando por un lado el presidente pide perdón, y por otro lado los periodistas que participamos en la difusión de la investigación estamos siendo literalmente acosados judicialmente”.

El libro en cuestión se publicará el próximo 22 de octubre y es una ampliación del reportaje sobre la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, realizado por el equipo de Aristegui, mismo que fue despedido tras su publicación.

En el libro se narra la manera en que se desarrolló el reportaje, los desafío que enfrentaron. En el prólogo que escribe Aristegui, la periodista señala que “lamenta el derrumbe moral de Joaquín Vargas y el de sus hermanos”.

Más adelante señala: “fue una tragedia ver cómo aquellos que habían apostado por la libertad de expresión y la investigación periodística, como proyecto compartido con los periodistas de esta primera emisión, finalmente sucumbieron a presiones y componendas de un poder al que ya antes se habían enfrentado con dignidad y valentía”.

Y así dedica Aristegui más líneas para cuestionar su comportamiento, rememorando cómo con anterioridad se había enfrentado al gobierno de Felipe Calderón, por ejemplo, subrayando que ahora con el gobierno del PRI, “aceptaron el papel de instrumento para asestar la puñalada con cobardía”.