El político argentino capturado con moches soñaba con ser cantante de rancheras

El José López no esperaba terminar preso tras intentar esconder 9 millones de dólares en un convento: su sueño era retirarse para abrir una peña folklórica, en la que olvidarse de los rigores de la política, cantando rancheras.

José López, el ex secretario de Obras Públicas durante los 12 años de Gobierno kirchnerista, y uno de los funcionarios clave de las administraciones de Nestor y Cristina que fue detenido ayer por arrojar bolsos repletos de dólares a un grupo de monjas, resultó ser un fanático de la música tradicional argentina.

La mano derecha de Julio de Vido canta y toca la guitarra con cierta habilidad, y solía recibir en el jardín de su casa de veraneo en el municipio de Tigre, allanada esta mañana, a un grupo de gente que disfrutaba de compartir zambas y chacareras con vino tinto de por medio, como corresponde.

López canta y toca la guitarra con cierta habilidad y su sueño era retirarse de la política con sus millones de dólares y poner una peña.

López también se ha animado a cantar ante una multitud: en septiembre de 2014 agarró el micrófono en el aniversario del club Atlético Tucumán, uno de los equipos más grandes de su provincia.

De hecho a su abogada Fernanda “Alfanito” Herrera, la penalista conocida públicamente por cantar cumbias y la difusión de fotografías semidesnuda, también la habría conocido en el mundillo musical.

López enfrentará a la ley por portación ilegal de un arma de fuego y por enriquecimiento ilícito. El ex funcionario, segundo al mando del poderoso Ministro de Planificación Julio De Vido, fue sorprendido el día de ayer con alrededor de nueve millones de dólares en efectivo, además de varios relojes de lujo, cuando un vecino reportó a la policía que un hombre pretendía ocultar los bultos en un monasterio. 

Más allá de lo bizarro de la situación, el caso impactó como una carga de profundidad en el kirchnerismo que vio destruido en un instante su capital político y hoy mismo empezó a sufrir la sangria de diputados y senadores que empezaron a emigrar hacia el sector del peronismo más dialoguista con el gobierno de Mauricio Macri.