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Análisis: ¿México podría caer en una recesión económica?

El Financial Times advirtió sobre una posible recesión en México. Los escenarios y la opinión de los analistas.

Un artículo del Financial Times disparó un amplio debate en los mercados, al advertir un escenario complicado para México. "Se le avecina una recesión", advertía el texto, en una suerte de conclusión que se desprendía de indicadores de gerentes de compras.

El periodista Steve Johnson cita a la agencia de pronósticos económicos World Economics, organización que produce los índices de gerentes de ventas, que muestra cuatro meses consecutivos de contracción. Su director, Ed Jones, declaró: "Consideramos que México va en dirección a la recesión, dentro de dos o tres meses se verá reflejado en datos oficiales".

El subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela, anunció un día después un recorte en los pronósticos de crecimiento para México, en línea con las previsiones más austeras que también van retocando el Banco de México y otros organismos internacionales. 

¿Será entonces posible lo que advierte el prestigioso diario británico? ¿Este pronóstico refleja las expectativas en los mercados? Para responder estos interrogantes, La Política Online conversó con Luis Foncerrada, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) y  Julio Soto, consultor Senior de Consultores Internacionales.

México enfrenta un crecimiento económico por debajo de su potencial. Dicho de otra manera: atraviesa un período de desaceleración, pero no un decrecimiento

"De momento, lo que México enfrenta es un crecimiento económico por debajo de su potencial. Dicho de otra manera: atravesamos un período de desaceleración económica, pero no un decrecimiento", explicó el analista.

Por su parte, Foncerrada advirtió que se trata de un "crecimiento mediocre" del PIB, que no mejorará en los próximos trimestres. Por el contrario, señaló que no se espera que este año supere el 2.5%. "Estará lejos de crecer a las tasas que requerimos".

En esa línea, Soto recordó que para hablar de una recesión tendrían que verse dos trimestres consecutivos con tasas negativas, lo que hasta el momento no se ha visto. Sin embargo, aseguró que es muy probable que se continúe en la senda de la desaceleración.

El crecimiento a tasas módicas se debe, entre otros factores, al entorno externo que ha sido muy complicado en los últimos meses e impactó de frente en términos de ingresos fiscales. Los analistas coinciden que los movimientos en el tipo de cambio y la caída en el precio del petróleo son variables clave para entender esta coyuntura.

"Se vieron obligados a disminuir el gasto público y por ende también cae el crecimiento, pues el gasto público tiene efectos multiplicadores", afirmó Soto.

No sería descabellado pensar que en un futuro no tan lejano México podría caer en una recesión. Pero todavía no se observa ese proceso.

También hay razones internas, como el demorado crecimiento de la inversión pública -una queja reiterada entre los economistas- una mercado interno que no alcanzó a reactivar el mercado laboral. 

"Es un buen momento para que Videgaray reconozca que la economía se encuentra presionada y que las previsiones que suelen hacer de antemano siempre están sobrestimadas", señaló el consultor.

¿Riesgos?

Soto, sin embargo, no descarta que la desaceleración pueda convertirse en recesión en el mediano plazo. Ese escenario, según el especialista, está amarrado al devenir de la economía de los Estados Unidos. Y específicamente a las expectativas de que la producción industrial no crezca como se espera y entonces impacte en la manufactura mexicana.

"Hemos pasado de ser buenos vecinos a no gratos. De llegar Donald Trump, es probable que afecte la relación comercial. Y allí habría que ver si no hay un impacto más duro en nuestra economía", remarcó.

"Considerando esos factores, y sumando la crisis de China, no sería descabellado pensar que en un futuro no tan lejano México podría caer en una recesión. Pero todavía no se observa ese proceso", concluyó Soto.

En tanto, para Foncerrada "no existe ningún elemento" de que pueda ocurrir una recesión económica", al menos no en el corto plazo. Y es que desde su óptica, los resultados que arrojará Estados Unidos serán de recuperación y la presión mundial no tendrá ese impacto. 

Pero no se muestra del todo positivo, pues para él, el riesgo más bien se ubica en la estabilidad macroeconómica: "es decir, me refiero a la inflación. Ahí es donde las autoridades realmente deben poner su atención". 

Y explica que la solución real a ello es a través de preservar el poder adquisitivo de los salarios y que el tipo de cambio no sea una variable de ajuste.