Gabinete

¿Peña Nieto se cansó de Chuayffet?

Los medios lo critican, los docentes lo repudian y la oposición pide su renuncia. ¿Quedó solo en esta crisis?

Las marchas y contramarchas en torno a la Reforma Educativa fueron desgastando en las últimas semanas a uno de los dirigentes con más historia del gabinete de Peña Nieto: el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet. Los medios lo critican, los docentes lo repudian y la oposición pide su renuncia. ¿Quedó solo?

La necesidad de un recambio en el Gabinete es debatido desde antes de las elecciones federales, cuando la crisis de Ayotzinapa y las denuncias por casos de corrupción golpearon la imagen de la gestión de EPN. Hoy, a tres años de mandato, los reflectores apuntan sobre Chuayffet.

El primer gran tropezón público del secretario fue la publicación de un comunicado que informaba la "suspensión indefinida" de la evaluación docente, a tan sólo un puñado de días de las elecciones. Nunca se explicaron los motivos, aunque la hipótesis principal fue que se trató de una estrategia para bajar la conflicitividad en medio de las amenazas de boicot.

La necesidad de un cambio de Gabinete es debatida desde antes de las elecciones, cuando la crisis de Ayotzinapa y las denuncias golpearon al Gobierno.

Los comicios transcurrieron mayormente en tranquilidad, pero la figura de Chuayffet quedó salpicada: ¿por qué ceder ante los maestros?, ¿qué mensaje se estaba dando al resto de la población en torno al cumplimiento de las normas?, ¿cuáles eran los verdaderos motivos para suspender? Las críticas llegaban por todos los flancos.

La explicación del secretario -tras el espaldarazo que vivió en gobierno en las urnas- fue que se había "malinterpretado". Que, en rigor, "suspender" no significaba "cancelar". Y ese fue el pie para confirmar la continuidad de la reforma.

Pero acaso la señal más notable haya ocurrido frente al propio Peña Nieto, durante la inauguración del XVI Encuentro Internacional Virtual Educa, realizada en Jalisco. Allí Chuayffet fue abucheado en público.

"La cultura priista de corte profundamente institucional -y también de algunos resabios imperiales prehispánicos- hace que el despliegue de seguridad y de organización en los actos presidenciales sea fenomenal: los invitados están presentes varias horas antes del inicio, los controles son exhaustivos y todos los presentes están listos para celebrar y apludir", explicó a LPO un dirigente que prefirió el anonimato.

Bajo esa óptica, para más de uno resultó llamativo que el secretario de Eduación Pública haya sido abucheado en un acto encabezado por presidente. Los silbidos fueron claros y dirigidos únicamente hacia su persona -ningún otro dirigente fue blanco de críticas-, al ser presentado y también justo antes de hacer uso de la palabra. Imposible de comprobar, pero algunos dirigentes hablan de una maniobra que tuvo que ser orquestada "desde adentro".

Ayer Chuayffet quedó expuesto ante la Comisión Permanente del Senado, en donde debió defenderse de todas estas contradicciones frente a la oposición. Se lo acusó de no implementar la reforma, de aumentar el poder de los docentes más combativos -los que integran la CNTE- y de no ejercer ningún control sobre el pago de salarios a maestros que no trabajan.

"Si le pide la renuncia o no, es una decisión de Peña Nieto. Chuayffet es un dirigente muy acreditado, de vasta experiencia, tiene una gran capacidad política y es un hombre culto. Pero no está pudiendo aplicar la Reforma Educativa como corresponde. No sabemos cuáles son los motivos: acaso lo tienen acotado", dijo a LPO el senador del PAN por Guanajuato, Juan Carlos Romero Hicks, alimentando la versión de un fuego amigo. 

Y explicó esa inacción: "No vemos su actuación. No lo vemos con estudiantes. No lo vemos con los maestros, no los vemos con los directores. Y eso nos preocupa. Le tengo mucho respecto a Chuayffet, y a la figura presidencial. Así que no me atrevería a decir qué ocurre. Opino sobre hechos, no puedo especular".

Una larga carrera

El actual secretario de Educación comenzó su carrera político electoral en 1982, cuando fue electo presidente municipal de Coacalco de Berriozábal, Estado de México. Desde entonces, su crecimiento sería muy veloz. 

En 1990 se convirtió en el primer Director General del recién fundado Instituto Federal Electoral. Tres años después ganaría las elecciones para ser gobernador del Estado de México por el Partido Revolucionario Institucional. Y con sólo dos años de mandato en la gubernatura, sería designado Secretario de Gobernación durante la administración de Ernesto Zedillo Ponce de León.

Chuayffet es, sin duda, uno de los dirigentes con mayor trayectoria en el gobierno y en su momento se lo llegó a considerar un presidenciable. Hasta la oposición reconoce su formación y su capacidad, calificado en algún momento como ·el más brillante" del mítico grupo Atlatomulco, se lo mencionó también para la Corte Suprema de Justicia.

 Pero la danza de nombres -hasta ahora basada en rumores- indica que las posiciones de poder en la reconfiguración del mapa político tras las elecciones quedarían reservadas para personas de extrema confianza del presidente.

Esa confianza en su círculo más íntimo es la que sostuvo en los momentos más álgidos del primer trienio de gestión a Miguel Ángel Osorio Chong y a Luis Videgaray, cuando la desaparición de los 43 normalistas y las denuncias por la casa de Malinalco -respectivamente- esmerilaron a sus potenciales sucesores.

En esa misma línea, para el mexiquense Alfredo del Mazo Maza -primo de Peña Nieto e integrante del histórico Grupo Atlacomulco- ya habrían reservado posiciones visibles en el Congreso. Es que, como escribió LPO hace meses, ya arrancó el proyecto para recuperar el Estado de México, hoy en manos de Eruviel Ávila.

Del Mazo Maza podría obtener la presidencia de la Comisión de Presupuesto -que fuera ocupada por Luis Videgaray- o la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara Baja. La coordinación de la bancada todos la dan por asignada al todavía presidente del PRI, César Camacho Quiroz.

Pero no todos coinciden en que Chuayffet vaya a ser reemplazado. "Los rumores de su partida corren desde hace tiempo. Yo lo observo como un secretario cercano al presidente. No veo que lo vayan a correr. Pero con honestidad sí esperaría que fuera más receptivo a los diálogos francos de la democracia, que reciba y escuche las críticas. Y que sea más profundo en sus explicaciones de cada medida", opinó Marco Ferández, especialista en educación de México Evalúa.

"El mayor problema de su gestión es que el gobierno no ha podido lograr un acuerdo en torno a la negociación con los sindicatos disidentes. Por un lado, él dice que la reforma se aplicará "llueve o truene". Pero por el otro, su compañero subsecretario de gobernación Miranda negocia cosas que están por encima de la ley y de sus atribuciones", concluyó el experto.