Edgardo Buscaglia

"México sufre una regresión hacia un sistema autoritario tipo Putin light"

El experto afirma que las campañas de imagen ya no pueden tapar los crímenes de lesa humanidad.

Grupos armados que toman ciudades y ponen su propios retenes de control. El ejército refuerza su presencia, pero observa la escena con pasividad y tolerancia. Las autofedensas que se denuncian mutuamente de haber sido infiltradas por el narcotráfico. La narcoinsurgencia bloquea carreteras y derriba un helicóptero de las fuerzas armadas.

El escenario de la violencia en México es complejo. Para analizar este fenómeno que se consolidó en diferentes regiones del territorio, La Política Online conversó con uno de los especialistas más destacados en la materia, Edgardo Buscaglia.

"México está sufriendo una regresión hacia un modelo político autoritario, con similitudes a lo que veíamos en la década del 70. El PRI ha empezado a comprar a pedazos de los partidos que antes eran más contestatarios. Gran parte de esos partidos han sido cooptados por el PRI a través de fondos discrecionales. Entonces, ha cooptado incluso a gran parte el PAN, a gran parte del PRD", asegura el experto. 

¿En qué aspectos percibe ese autoritarismo?

Es lo que se puede ver cuando a los periodistas internacionales se les niega la visa de trabajo. Por ese tipo de acciones, al sistema político mexicano lo denomino un sistema "Putin Light", porque está mucho mejor maquillado. Putin es lo que ves, acá se maquilla todo muy bien. Y así como a los periodistas se les niegan visas, a nosotros se nos niega el acceso al análisis de los expedientes judiciales. 

Al sistema político mexicano lo denomino "Putin Light", porque está mucho mejor maquillado. Putin es lo que ves, acá se maquilla todo muy bien.

Porque no todo es la delincuencia organizada. Hay mucho espasmo autoritario que es del Estado, que se ha ido acentuando en los últimos años. El caso de Carmen Aristegui es un ejemplo claro de este espasmo autoritario. Obviamente no se la puede asesinar -como posiblemente sucedería en un régimen como el ruso- porque es demasiado famosa, pero se la despide con excusas de conflictos laborales. Acá se hace todo de un modo más maquillado.

Cuando se hace eso, lo que en rigor se está haciendo es eliminar a las fuerzas que pueden prevenir socialmente a la delincuencia organizada. Porque el periodismo es un factor de prevención de la delincuencia organizada y de la corrupción política. 

Lamentablemente la transición hacia una democracia que nunca fue se sigue alejando de lo que esperábamos o anhelábamos que sucediera.

Una de las grandes deudas era la alternancia, aspecto que en el 2000 se logró. ¿No es un principio de la democracia?

Las elecciones son un formalismo en México. Nueve de cada diez pesos que entran en las campaña políticas son dineros ilícitos. Son datos de estudios que hemos hecho con políticos de todos los partidos. El 90% de ese dinero proviene de un modo ilegal -no necesariamente de la delincuencia organizada-, es decir por fuera de la ley de financiamiento de campañas electorales. Con lo cual, es un parque de diversiones para los carteles para capturar políticos desde lo económico.

Y si a eso le sumas que las listas de candidatos no están determinadas a través de mecanismos de elección popular, sino que son cerradas, en donde los caciques de los partidos determinan quién es candidato y quién no, entonces le estas haciendo un regalo de navidad a los grupos de la delincuencia en cada elección. Está diseñado el sistema político mexicano para ser capturado por el crimen organizado. 

Todos los países de la región y en diversas partes del globo existe este problema, pero los niveles que se observan aquí no los he visto en ningún otro país del mundo. El problema es también que el dinero legal que entrega el Estado se lo quedan los partidos, y a los candidatos les llega prácticamente nada. Eso incentiva a salir a buscar dinero para financiar la campaña a donde sea. 

Sin embargo, pese a todas estas facilidades que usted menciona, se siguen observando niveles elevados de violencia política. La semana pasada, por caso, asesinaron a dos candidatos. ¿Por qué?

Siendo justos con México, hay estudios científicos-empíricos que han determinado que en los países en donde la delincuencia organizada ejerce violencia y está más descontrolada, la violencia política aumenta en los períodos pre electorales. Eso es lógico, porque la delincuencia no solamente compra con dinero, sino con su violencia. Es plata o plomo. Cuando ellos no pueden colocar a sus candidatos en las listas a través del dinero, lo hacen a través de asesinar al candidato que quedó. 

México es un parque de diversiones para los carteles para capturar políticos, el 90 por ciento del dinero de las campañas es ilegal.

Eso era previsible y lo anuncié hace tiempo, no porque tenga la bola de cristal sino porque hay estudios que lo confirman. Lo que no podés saber es la cantidad, cuántos asesinatos habrá. Eso, por supuesto, no se puede determinar. Pero eso está aumentando y seguirá aumentando. Hoy México es una "mafiocracia". Yo sé que los organismos internacionales y sus representantes intentan ser elegantes, responsables y educados en su lenguaje, por lo que no dirán que es una "mafiocracia".

Pero sí hubo algunos dichos, puntualmente sobre las "desapariciones forzadas", que ya generaron cruces.

Es que este tsunami de crímenes de lesa humanidad ya no se pueden tapar con campañas de imagen, por más que las firmas que usa Peña Nieto, y que usaba Calderón, sean las mismas que usaban Tony Blair o Bill Clinton. Ya cuando aparecen fosas comunes por doquier, se complica. Se les fue de las manos. 

México hoy invierte más que cualquier otro país que haya visto en mi vida -y tengo 30 años de experiencia en esto- en firmas consultoras de imagen, justamente para que no se conozca la realidad mexicana afuera. Suena cínico y horrible, pero así funciona el sistema. 

Sucede que las empresas europeas, mineras canadienses o financieras de los Estados Unidos, llegan a México y se les asignan mercados oligopólicos políticamente protegidos: petrolero, telecomunicaciones o minero, por mencionar alguno. No son mercados competitivos como te enseñan en la escuela. Llegan a través de sociedades operativas con empresarios mexicanos, como puede ser Carlos Slim.

Estas empresas multinacionales también financias campañas en sus países de orgien, con lo cual en Europa, Canadá o Estados Unidos vas a escuchar maravillas de la economía mexicana. Ninguna de esas empresas quiere cambiar la situación mexicana. No es como en Colombia, que los secuestraban o mataban. Acá ellos están muy bien. No hay presión de estas empresas en sus países para que México se reforme.

El poder se ha descontrolado. De hecho, nadie dice que esta orgía de violencia la maneja Peña Nieto desde Los Pinos. Ojalá pudiera, pero no se puede: está demasiado fragmentado el Estado mexicano.

Pedazos del Estado trabajan para un grupo, legal o ilegal, otros pedazos trabajan para otros grupos. La mano derecha no sabe qué está haciendo la mano izquierda.

Aún cuando Peña Nieto quisiera aplicar las 26 políticas públicas que yo recomiendo, no podrías aplicar esas medidas dada la fragmentación del Estado, desde el punto de vista político. 

Una de las variables que usted menciona reiteradamente como condición ineludible para revertir este escenario es el factor de la presión ciudadana. ¿El caso Ayotzinapa puede catalizar ese proceso? 

El gobierno intenta adormecer este movimiento, como han hecho con el movimiento de Javier Sicilia. El movimiento social de base que levantó fue encerrado por las organizaciones sociales controladas por el entonces presidente Felipe Calderón. Es el mismo mecanismo de cooptación que utilizó el PRI desde la década del 40. Lo rodearon. Y muchos de los hombres de sociedad civil que acompañaron a Sicilia hoy están con posiciones en Washington, con cargos de gobierno y demás. Al movimiento, por supuesto, lo desvirtuaron. 

Tenemos un problema de cooptación de la sociedad civil que no nace con Peña Nieto ni con Calderón, es un reflejo que viene desde 1940. Y eso también hace que 9 de cada 10 expertos en seguridad se conviertan en consultores del Estado mexicano, de la Secretaría de Defensa o de la Polícia Federal. Eso hace que digan disparates. 

Otro mecanismo de presión social, aunque en este caso mucho más radical, es el de las autodefensas. ¿Qué evaluación hace estos movimientos y de la tolerancia que les ha tenido el gobierno? 

Todos estos movimientos se ven infiltrados por el tráfico ilegal de armas. Y muchos veces es el propio ejército el que les da las armas. El tema de legalizar algunos movimientos paramilitares y convertirlos en extensiones de la autoridad es pan para hoy, hambre para mañana. Porque la experiencia internacional te dice que cuando controlan la situación en un territorio, comienzan a cometer delitos económicos, extorsiones y demás, como sucedió en México. 

Incorporar a un grupo para-militar y hacerlo parte del estado, no tengo nada en contra eso. Se ha hecho -China o Cuba, por ejemplo- y puede hacerse. Pero debe hacerse institucionalmente, a través de un control profundo y una capacitación. No a través de ir con el ejército, darle las armas y decirles: "Hagan el trabajo sucio por nosotros, porque nosotros no podemos torturar tanto a la gente". Eso fue lo que hizo México en los últimos años. 

En estos territorios, la policía puede ser detenida por estos grupos, que les exigen que se identifiquen para asegurarse que no estén trabajando con el grupo adversario. La orgía de violencia desorganizada, porque paradójicamente la delincuencia organizada en México es desorganizada... Si fuese organizada, sería silenciosa. Yo le tengo mucho más miedo a una delincuencia silenciosa que a la que hace ruido en Jalisco. Porque la silenciosa es la que te está tomando la estructura del estado y de la sociedad sin ningún tipo de resistencia. 

¿No lo observa como alarmante lo que sucedió en Jalisco?

Lo veo como alarmante como crisis humanitaria, como ser humano lo veo alarmante. Desde ese punto de vista, claro. Pero la delincuencia organizada que causa ese estruendor, ese tipo de ruido es más débil que la red criminal de Sinaloa que te está capturando porciones de Guatemala, Honduras silenciosamente.

La delincuencia que tira granadas como en Jalisco es débil. Mucho más peligrosos son los silenciosos como el cartel de Sinaloa, que está capturando porciones de Guatemala y Honduras 

Eso es importante que se entienda: los grupos más poderosos y consolidados, no tienen que tirar granadas. Jalisco se está tratando de consolidar, es un hermano menor de la red criminal de Sinaloa. En algunos lugares, no encuentra resistencia, como en Colima, Nayarit o Guanajuato. Pero en Jalisco sí encontraron resistencia. Y eso se traduce en más muertos, en más violencia. 

Mucho se habló de lo "novedoso" de este suceso...

(Risas) No, no. No es novedoso. Los que dicen eso es gente que está pagada por el gobierno o son ignorantes. En este país han existido cientos de retenes, se han tomado poblaciones enteras en Tamaulipas, en Durango, en Coahuila. Se han tomado pueblos por días, asesinado a vecinos de esos pueblos. Viene sucediendo esto en México desde hace cinco o seis años. 

La debilidad del estado mexicano no es novedad. Va creciendo, es cierto, en la medida en que el presidente Peña Nieto no quiere dar el brazo a torcer y tomar las 26 medidas que propongo. Muchos de esta propuestas son de controles patrimoniales de su propio partido y de los empresarios que financian su campaña. En la medida que no lo haga, siguen acrecentando su poder patrimonial. 

Otro tema es que la delincuencia organizada mexicana no es como la holandesa, que está separada del estado. En México, la delincuencia organizada es delincuencia de Estado. Por lo tanto, pedazos del Estado forman parte del grupo criminal. Están metidos en el organigrama del grupo criminal. 

¿Cómo revertir esta situación? 

La restricciones que impiden que se pueda resolver la violencia son meramente políticas. México no necesita más helicópteros, ni más armas. México tiene incluso mejor tecnología que Europa. Lo que México necesita es colocar sus planetas políticos alineados.

Este tsunami de crímenes de lesa humanidad y de violencia mafiosa no es un fenómeno meteorológico, que se prevé pero no se puede evitar. Sí se puede evitar. 

Por otra parte, cuanta más presión internacional y más presión civil exista, menor violencia política se necesitará para que comience la purga. Pero si no hay presión internacional y la sociedad civil sigue fragmentada, la única variable que hará que los políticos quieran dar el brazo a torcer, es la variable de la violencia contra su propio grupo, contra ellos mismos. Es el caso colombiano, de alguna manera. 

Yo espero y anhelo que México viva más bien un caso similar al italiano, en donde la presión de la sociedad civil fue tan grande, que comenzó revertirse la situación.