Argentina

Coaliciones en riesgo

Las posibles candidaturas de Macri y Carrió le suman presión al filtro electoral del 2021, que obligará al peronismo y la oposición a definir liderazgos y orientación.

En un año la Argentina estará atravesando uno de los momentos de mayor densidad política del proceso en curso, que además de impactar de lleno en las presidenciales del 2023 tiene la potencialidad de modelar el sistema de poder que hoy cabalga sobre dos coaliciones, con demasiadas discusiones abiertas.

Las parlamentarias del 2021 son además de un instrumento para definir la composición del Congreso, la vía que permitirá empezar a zanjar las disputas de liderazgo y orientación político-ideológica que hoy tensionan al Frente de Todos, pero también a Cambiemos.

Si en la oposición se impone la dupla Macri-Carrió para liderar las boletas que concentran casi la mitad del electorado nacional (Capital más Provincia), el proyecto de centro moderado que intentan expresar Larreta y Vidal entra en crisis y con ellos la alianza hacia progresismo que trabajan con Martín Lousteau, Margarita Stolbizer y Pablo Javkin. Con el enorme interrogante de que actitud tomará el radicalismo ¿Otra vez aceptará el liderazgo de hecho de Macri?

Puede producirse una ruptura o puede Larreta fiel a su trayectoria hacerse el distraído y esperar el 2023. Pero la oposición enfrenta un riesgo: Que aún ganando en sus distritos Macri y Carrió, pavimenten así el camino para una continuidad del peronismo en el 2023, como la habilitaron luego del triunfo del 2017 que los hizo extraviar la búsqueda de ese centro que buena parte del país sigue anhelando.

Las posibles candidaturas de Carrió y Macri ponen a Cambiemos frente a un riesgo de ruptura que el Gobierno puede alimentar por el simple expediente de suspender las PASO

Un riesgo de ruptura que el Gobierno puede favorecer por el simple expediente de suspender las PASO, lo que exigiría a Cambiemos esfuerzos extraordinarios para unificar listas en medio de tantas tensiones.

En el margen opuesto, como suele suceder con el peronismo, su exuberancia ahorra la necesidad de leer entre líneas. Por alguna razón que sólo él conoce, Alberto Fernández ha decidido no profundizar la construcción interna de ese camino que insinuó en la campaña y transparentó después con aquel acto en Tucumán que compartió -sin su vicepresidenta- con gobernadores y líderes sindicales.

El Presidente ha decidido concentrarse en el manejo de la pandemia y la renegociación de la deuda, adormeciendo la dimensión más política de su rol. Lo hace con cierta elegancia y disimulo, pero la autolimitación es evidente para cualquiera que quiera verlo.

Frente a esto, en un equilibrio tan complejo como fascinante, asoman dos centros de producción de sentido político: Cristina Kirchner que reserva sus contadas apariciones públicas para marcar posiciones de izquierda nacional y Sergio Massa que en un ¿estudiado? juego de espejos logro reducir su crónica hiperactividad público-mediática y ahora sólo aparece para diferenciarse desde la centroderecha peronista, con banderas como la condena al régimen chavista o los ataques a los silobolsas.

Lo interesante en esta trama es que Massa selló con Máximo Kirchner una alianza que por esas cosas únicas de la Argentina, está reconvirtiendo a La Cámpora en una expresión de pragmatismo político que en no pocos temas se ubica en posiciones más moderadas que Cristina o incluso que Axel Kicillof.

El oficialismo va configurando así un universo de tres grandes sistemas planetarios -El Presidente, Cristina y Massa y Máximo- que por ahora tiene como socios mas o menos contemplados a gobernadores, intendentes y sindicalistas.

Es un ecosistema tan inestable como puede serlo cualquier coalición de gobierno sin un jefe de jefes indiscutido. No es el segundo mandato de Cristina ni el México de López Obrador, es en todo caso más asimilable a la España del socialista Pedro Sánchez en tensión y acuerdo permanente con Podemos o el Chile de Piñera, apoyado sobre una constelación de partidos de derecha que se recelan.

Tenemos así en las dos grandes coaliciones que tiene la Argentina similares y solapadas disputas por el liderazgo, la candidatura presidencial del 2023 y el rumbo ideológico de sus espacios. Tensiones que deberán enfrentar el año próximo el filtro forzado de una definición electoral.