La retirada de Estados Unidos de la base de Morón eclipsa la relación con España
La decisión de Estados Unidos de mudar la Fuerza de Reacción de los Marines desde la base de Morón, en Sevilla, a la de Vicenza, en Italia, desconcertó al gobierno de Pedro Sánchez, después de que España demostrara ser un aliado comprometido con los intereses de Washington en la región, e incluso más allá, como en Irak y Afganistán.
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La ministra de Defensa, Margarita Robles, salió a aclarar que la relación bilateral es "magnífica" y que el traslado de las actividades estadounidenses a Italia responde a cuestiones organizativas. Si bien el Pentágono se lo informó a Defensa el año pasado, las autoridades españolas no terminan de procesar lo que ven como un alejamiento de Washington.
Consultado por LPO, Juan Tovar Ruiz, profesor de Relaciones Internacionales por la Universidad de Burgos, descarta que se trate de una "decisión de naturaleza política". "La relación entre los dos países es bastante buena en cuestiones de Defensa. El motivo del traslado se debe a la menor relevancia estratégica de la región, ya que Estados Unidos está cada vez más focalizado en China y está destinando más recursos a otros ámbitos geográficos", asegura.
De todas formas, el analista considera que "España estaba interesada en que Estados Unidos permaneciese en Morón, más allá de los empleos en la localidad, por un tema de intereses estratégicos". Podría influir en la decisión de Washington que España siga sin cumplir la exigencia de invertir el 2 por ciento del PBI en Defensa, "un objetivo de la administración Obama y que Trump y Biden siguieron manteniendo".
Base militar de Morón
España ha quedado detrás de países como Reino Unido o Francia entre los que menos invierte en gasto militar dentro de la OTAN. Y para Estados Unidos la defensa es una cuestión vital en su vínculo con el continente, sobre todo desde que se muestra a la cabeza de la organización atlántica para garantizar la seguridad de los países del Este, que resienten la proximidad con Rusia y desconfían del poderío de Moscú.
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Con todo, Estados Unidos reconoce la importancia de España en Europa occidental y valora su compromiso durante la retirada de Afganistán, que el presidente Joe Biden agradeció por teléfono a Pedro Sánchez. Ambos mandatarios se vieron cara a cara en Roma días atrás y ahora el presidente español espera que su par estadounidense visite el país durante la cumbre por los 40 años de la OTAN, que se celebrará en Madrid a finales de junio de 2022.
Para Sánchez se trata de un nuevo comienzo, luego de la presidencia de Donald Trump, que atacó a sus socios de la Unión Europea y de la OTAN. En ese sentido, el presidente español se ha cuidado de no hacer del traslado de Morón a Vicenza un tema que pudiera generar tensiones. Además, sabe que Washington espera que Madrid le secunde en América Latina, aunque los intereses de ambos pueden oponerse.
Para Tovar Ruiz, a Estados Unidos "le gustaría mayor cooperación de España en Latinoamérica, sobre todo en Venezuela y Cuba". Recuerda que Mariano Rajoy aprobó durante su gobierno la llamada visa de oro, la cual permitía la residencia en España a cambio de inversiones y adquisiciones inmobiliarias. "Una parte de las elites vinculadas con el chavismo en Venezuela adquirieron propiedades en España y Estados Unidos reprochó no haber hecho más por presionar a estas personas, con sus familias viviendo allí", apunta el analista.
Si Trump parecía obsesionado con Cuba y Venezuela, la administración Biden tampoco piensa apartarse de una política más dura hacia los dos países caribeños. La preocupación del demócrata, en tanto, pasa también por la creciente influencia de China y Rusia en Latinoamérica. "Esto adquiere una importancia creciente. Es cierto que Washington esperaba que España hubiese hecho más. No están particularmente contentos en este tema".