Crónica de una muerte anunciada: las claves del fracaso de la Superliga

Juan de Dios Crespo y Plácido Rodríguez señalan a LPO los factores determinantes: los clubes se echaron atrás ante las amenazas de expulsión de la UEFA y la posible pérdida de ingresos en publicidad y en la venta de entradas

Apenas 72 horas después de que se desvelase el proyecto liderado por Florentino Pérez para crear una competición europea al margen de las organizadas por la UEFA, la aventura del presidente del Real Madrid con 12 de los equipos más poderosos del continente parece condenada al fracaso. Tras la salida en tromba de los clubes ingleses, este mismo miércoles se descolgaban de la iniciativa los italianos (Juventus, Inter de Milán y Milan) y hasta el Atlético de Madrid. 

Los expertos creen que la iniciativa que lleva gestándose durante años estaba condenada a naufragar tanto por motivos económicos, como jurídicos y sociales. "Uno puede crear perfectamente una liga independiente y privada, pero no puede estar en un sitio y en otro; tiene que elegir. Y el problema es que querían estar en los dos", señala a LPO el abogado especializado en derecho deportivo Juan de Dios Crespo. 

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Aunque la UEFA no podía sancionar a los clubes de una competición que aún no está creada, sí advirtió que, de cara al año que viene "podría haberles no inscrito porque estarían en contra de los estatutos de la organización". Y si el proyecto todavía no estuviese suficientemente maduro, podrían haberse visto "sin licencia para jugar y quedarse sin una cosa y sin la otra". 

Para el ex presidente del Sporting de Gijón y catedrático de Economía en la Universidad de Oviedo, Plácido Rodríguez Guerrero, el proyecto abanderado por Florentino Pérez con respaldo financiero de JP Morgan no es más que "un elemento de presión para que en el reparto de Champions que hace la UEFA haya una cantidad de dinero mucho mayor para los equipos que lleguen a las fases finales". 

No es más que un elemento de presión para que en el reparto de Champions que hace la UEFA haya una cantidad de dinero mucho mayor para los equipos que lleguen a las fases finales

En este sentido, el también expresidente de la International Association of Sports Economists cree que la Superliga estaba condenada al fracaso antes siquiera de ponerse en marcha. Más bien, cree que la intención era emplearl el proyecto a modo de "señuelo" para aumentar sus ingresos, también en las propias ligas nacionales: "Aunque Real Madrid y Barcelona antes cobraban 150 millones por derechos televisivos y el Getafe 10 millones, ahora cobran 150 millones, pero el Getafe 40 o 50. Y ellos quieren volver al 15 a 1".

En materia de ingresos, Rodríguez Guerrero también considera un punto fundamental el riesgo de que los jugadores no pudieran jugar ni siquiera con sus respectivas selecciones. Un extremo que podría minar la imagen de iconos mundiales y, por ende, acabaría lastrando el negocio del merchandising que puede mover  para algunos clubes hasta 200 millones al año. 

Ambos expertos coinciden en señalar que el proyecto no ha tenido en cuenta la figura de los socios y aficionados. "Todo el mundo se ha olvidado del aficionado. Él es el que manda; el que compra las emisiones, las entradas y el merchandising", afirma Crespo. "Sin él, no hay nada y se ha visto en Inglaterra, donde ha habido una reacción contraria absoluta", añade. El Gobierno británico de Boris Jonhson tomó rápidamente cartas en el asunto, posicionándose en contra e influyendo de manera decisiva en la decisión de los clubes de apearse del proyecto. 

Con todos estos factores juntos, las promesas económicas con las que nacía el proyecto abanderado por Florentino Pérez se tambaleaban. "Entre ingresos por derechos audiovisuales y por la caída de aficionados podríamos hablar de entre 300 y 500 millones de euros en pérdidas para los clubes". apunta Rodríguez Guerrero. "¿Realmente la nueva competición iba a generar ese dinero?", remata. 

"Lo más aconsejable", apostilla Crespo, hubiera sido "sentarse con la UEFA sin hacer declaraciones rimbombantes" para tratar de acoplar la competición a la nueva Champions que se está preparando. Pero ahora todo parece condenado al desastre.