Economía

Examen a los ERTE un año después de su aprobación: su eficacia se desplomó a partir de junio

Según un informe, solo el de 32% de los afectados por un ERTE en el tercer trimestre de 2020 consiguieron volver a su puesto de trabajo, frente al 70% del segundo

La pandemia ha supuesto un duro golpe para la economía mundial y ha trastocado todo tipo de relación laboral. En todo el planeta se están aprobando programas de subsidios que buscan contener el desempleo y evitar que la crisis empeore todavía más las condiciones de vida de los más afectados por la recesión global.

En España, el mecanismo aprobado por el Gobierno para evitar un estallido de los datos del paro en mitad de la pandemia han sido los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo), y un año después de su aplicación se empiezan a hacer balances de su efectividad. Esta semana tanto el FMI como el Banco de España han hecho públicos informes que, en líneas generales, coinciden en cuanto a la evolución del programa.

Ambas instituciones dan cuenta de cómo la medida ha ido retrocediendo en su objetivo principal: dar una ayuda temporal, tal y como su nombre lo indica. Al menos sobre el papel, los ERTE funcionarían correctamente si después de un periodo en el que el Estad ha sufragado buena parte de los salarios para evitar despidos trabajadores vuelven a las condiciones laborales que tenían antes de la pandemia.

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Los datos presentados en la publicación "Los ERTE en la crisis del COVID-19: un primer análisis de la reincorporación al empleo de los trabajadores afectados" muestran cómo las personas que todavía siguen afectadas por los ERTE cuentan cada vez con menos posibilidades de ser reincorporadas a los puestos que tenían antes de la crisis.

Durante el segundo trimestre de 2020 los ERTE solicitados tuvieron una importante alza y ese fue, sin duda, el momento de mayor eficiencia del programa, ya que el 70% de los beneficiarios retornaron después a su empleo, mientras que el 20% continuó cobrándolo. El 10% restante perdió su empleo, pero por el cierre de las empresas para las que trabajaban.

Solo el de 32% de los afectados por un ERTE en el tercer trimestre de 2020 consiguieron volver a su puesto de trabajo

Después, la situación cambió radicalmente. Según el citado informe, solo el de 32% de los afectados por un ERTE en el tercer trimestre de 2020 consiguieron volver a su puesto de trabajo.

Al mismo tiempo, está claro que algunas transformaciones del mercado laboral han llegado para quedarse y que, dentro de la economía, hay sectores que se han recuperado rápidamente y otros que siguen esperando una recuperación que puede no llegar nunca. El futuro de los trabajadores de esos sectores es justamente lo que más preocupa.

Otro dato inquietante pasa por los colectivos más afectados por esta dura realidad: las mujeres, los jóvenes y los sectores con menor nivel de formación. Es llamativa la diferencia en la probabilidad de recuperar el empleo entre los sectores más vulnerables y los que tienen un mayor nivel de formación, que en su mayoría han podido adaptarse al teletrabajo con muchos más recursos que los menos pudientes.

El futuro es incierto para todos, pero particularmente para quienes trabajaban en industrias que la pandemia dejará atrás. El FMI plantea que es necesario pasar de la fase de conservación de empleos a una de recolocación. Lo dice, eso sí, sin tener en cuenta ni las condiciones de los despidos, ni las de las nuevas contrataciones.

Al mismo tiempo, afirma que los ERTE han sido positivos para contener una explosión del paro, pero también lanza una advertencia: hay que empezar a pensar a más largo plazo.