La tensa relación entre Néstor Kirchner y Daniel Peralta

Pese a que hoy el ex presidente recibió al gobernador de Santa Cruz para hablar del PJ provincial, en el sur nadie disimula la distancia creciente entre ambos. Hablan de una pelea en enero por fondos de la obra pública y la deserción de muchos kirchneristas que abandonan la ciudad, como Rudy Ulloa.
El poder de Néstor Kirchner sobre los designios políticos de la provincia de Santa Cruz no terminó cuando se mudó a la Casa Rosada sino que, en todo casó, se acrecentó. Pero esa situación pudo sostenerla con cierta facilidad bajo las gobernaciones de Sergio Acevedo y Carlos Sancho, algo que hoy se le viene complicando con la presencia de Daniel Peralta.

Si bien fue el propio Kirchner el que puso al dirigente surgido del sindicalismo como interventor y luego lo consagró como su candidato a gobernador, la realidad es que Peralta ha mantenido un perfil propio que resultó incómodo desde el principio para el control K que opera desde Buenos Aires. “Peralta es un tipo de perfil alto, exige gobernabilidad”, afirman en la provincia del sur.

Peralta fue recibido ayer por el ex mandatario en sus lujosas oficinas de Puerto Madero. Allí todo salió como se esperaba porque el tema de agenda fue la regularización del PJ que Kirchner quiere presidir y el Congreso del peronismo santacruceño que se desarrollará mañana en la localidad de Los Antiguos.

Según trascendidos, el jefe local sería consagrado a la cabeza de la lista de congresales seguido por Carlos “Chino” Zanini, secretario Legal y Técnico de la presidencia y figura de valor incalculable tanto para Néstor como para Cristina. “Este clima no es para nosotros, los pingüinos” le dijo Kirchner a Peralta, bromeando sobre los 35 grados que agobiaron la ciudad e intentando mostrar descompresión.

Pero en Santa Cruz, donde se teje la relación entre ambos, las versiones son otras. Según explicaron a La Política Online, “Kirchner nunca toleró que Peralta no asuma un rol de sumisión gobernando su propia provincia”. Mientras que de la vereda de enfrente afirman que “Peralta no acepta que Kirchner quiera gobernar Santa Cruz como si fuese elegido para hacerlo”.

Entre ambos nunca hubo una relación de extrema estrechez, pero la brecha se amplió en los primeros días de enero. Hablan de una pelea pero nadie tiene, hasta hoy, el dato concreto de lo ocurrido. Lo único en que las fuentes consultadas concuerdan es que fue por “unos millones de obra pública”.

No resulta extraño entonces que Peralta, en su breve paso por Buenos Aires, haya mantenido una reunión con José López, secretario de Obras Públicas de la Nación, donde intercambiaron información sobre los proyectos a desarrollarse en Santa Cruz en 2008.

La compra de YPF

Otro de los puntos que llamó la atención fue que Peralta haya salido a aclarar que su provincia no iba a formar parte de los gobiernos provinciales interesados en adquirir un porcentaje de Repsol-YPF. “Santa Cruz no está condiciones, como provincia, de salir a comprar acciones de YPF al valor que tienen hoy en el mercado”, aclaró hace menos de una semana el gobernador.

Esto causó alguna sorpresa en la provincia. “Hace dos meses tenía todo arreglado con Eskenazi, con quien se reunió varias veces, y ahora dice que no puede comprarlo. Es ciertamente sospechoso”, afirmó una fuente de Santa Cruz a La Política Online.

De hecho, el mismo Peralta salió días atrás a hablar de la compra de YPF cuando se lo consultó por otro tema escabroso, como es la extensión del contrato de explotación con Pan American Energy. Así, reconoció que “ya hemos tenido una reunión con Sebastián Eskenazi quien será Vicepresidente Ejecutivo de esta compañía” y que “nos parece que también nosotros tenemos que avanzar en el tema de exploración tanto lo que hace al acuerdo con PAE como también a las posibilidad de las nuevas inversiones que se abren con el ingreso de capital nacional a YPF-Repsol por parte del grupo Eskenazi”.

En el medio quedó el cruce con Cristina Kirchner por los okupas que se instalaron frente a la mansión de los patagónicos en El Calafate. Allí, Peralta fue víctima de la reprimenda oficial, mientras que intentaba desligarse del asunto y responsabilizar al ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández –ver “Cristina enfurece con Peralta y Aníbal por “okupas” de El Calafate”-.

“Este año va a deparar muchas sorpresas en el vínculo entre Kirchner y Peralta” vaticinan en Santa Cruz, al tiempo que entregan otro dato, casi color, para explicar la actualidad de la relación entre los coprovincianos: “La migración de kirchneristas de Río Gallegos es notoria, es gente que cerró su casa y se fue”. Entre esos, está nada menos que Rudy Ulloa Igor, el operador, amigo personal y ex chofer de Néstor Kirchner.