La DEA investiga nexos entre criminales chinos y carteles méxicanos
En su lucha contra el narcotráfico, el presidente Joe Biden firmó nuevos decretos en medio de un agravamiento de la crisis de opioides que ya provocó más de 100.000 fallecimientos por sobredosis en los Estados Unidos hasta abril de este año.
La estrategia de la administración demócrata es salir a combatir a las organizaciones criminales transnacionales y el trafico ilícito de drogas, armas y de personas, en medio de un recrudecimiento de actividades del crimen transnacional que alertó a la Casa Blanca.
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La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) es la nueva estructura que se diseñó y la cual reúne a seis departamentos y agencias del Gobierno de Estados Unidos: Justicia, Seguridad Nacional, el Tesoro, Estado, el Pentágono y la Oficina del director de Inteligencia Nacional.
La Oficina de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro ya sancionó a 10 personas y 15 organizaciones relacionadas con el crimen organizado en Brasil, México, Colombia y China.
Las sanciones niegan a las entidades designadas el acceso a transacciones en dólares y congelan cualquier activo que puedan tener en Estados Unidos.
A sus vez, el Departamento de Estado ofreció recompensas de hasta 5 millones de dólares por información que conduzca al arresto de los cuatro hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán -todos integrantes del Cartel de Sinaloa- por su participación en el trafico ilícito de drogas.
Washington incluyó en su lista de capos narcotraficantes al ciudadano chino Chuen Fat Yip, quien lidera una red en China dedicada a la venta de fentanilo y varios precursores químicos, al igual que a varias compañías de ese país implicadas en este tipo de operaciones.
El Chapo Guzmán, el ex líder del Cartel de Sinaloa.
Además, dentro de la lista se encuentra el grupo criminal brasileño, Primeiro Comando Da Capital (PCC), cuyas operaciones incluyen el tráfico de drogas, así como lavado de dinero, extorsión, asesinato y cobro de deudas por drogas en Sudamérica, Estados Unidos, Europa, África y Asia.
La administradora de la DEA (la entidad federal que se encarga de combatir el tráfico y el consumo de drogas en Estados Unidos), Anne Milgram, le confirmó a LPO que su organización está investigando los vínculos directos entre las organizaciones criminales mexicanas y las muertes por sobredosis que ocurren en las calles de Estados Unidos.
La funcionaria aseguró que la DEA "está rastreando el origen de los precursores químicos que reciben los carteles en México desde China para producir fentanilo y metanfetamina en laboratorios clandestinos para enviarlos a Estados Unidos".
Las investigaciones se extienden a las redes sociales y a las plataformas de comercio electrónico, las cuales son explotadas y utilizadas por organizaciones criminales transnacionales para vender sus productos.
Con estas medidas, el Gobierno de Biden quiere demostrar que está actuando ante la crisis de los opioides en Estados Unidos, que ha provocado más de 100.000 muertes por sobredosis en el país hasta abril de 2021, lo que representa un incremento del 28% en comparación al mismo periodo del año anterior.
"El tráfico de drogas ilícitas amenaza nuestra seguridad nacional, nuestra economía, nuestras comunidades y nuestras familias", declaró el subsecretario del Tesoro para el Terrorismo y la Inteligencia Financiera, Brian Nelson, quien detalló que gran parte de las muertes por sobredosis se producen por los opioides sintéticos, "en particular el fentanilo".