Pobreza

De acuerdo a la UCA, la pobreza en 2021 solo bajó en el conurbano bonaerense

Para el Observatorio de la Deuda Social, la medición de pobreza de la UCA cedió al 43,8% nacional, pero siguió creciendo en Capital y el resto del país.

El Observatorio de la Deuda Social de la UCA cumple veinte años y lo celebró dando a conocer este martes su medición sobre la pobreza urbana de 2021, que marcó un descenso del 44,7% el año pasado al 43,8%. "Es una baja poco significativa estadísticamente, pero la tendencia es a la baja", detalló Agustín Salvia, director del ODSA.

No obstante, el desglose geográfico marcó que solo en el conurbano bonaerense se redujo la pobreza y lo hizo de forma marcada al pasar del pico del 56,6% en el 2020 al 51,5% este año. De esta forma, quedó casi a la par del 51% que había marcado en 2019.

Por el contrario en el resto del país, la pobreza urbana siguió en alza. En la Ciudad de Buenos Aires pasó del 13,6% al 15%, detalló el informe del ODSA. Al igual que en la Capital, el resto de las metrópolis urbanas del país y el resto urbano en su conjunto mostró la misma tendencia creciente que repite desde el mínimo observado en 2017. De allí que Salvia diagnosticó que los números reflejan "una década de deterioro permanente".

Al observar los números de indigencia, también se observó una reducción en el conjunto nacional que pasó del 9,8% en 2020 al 8,8% este año. No obstante esta reducción estuvo focalizada en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. En el resto de los aglomerados urbanos relevados, siguió en alza por cuarto año consecutivo.

Solo en el conurbano bonaerense se redujo la pobreza al pasar del pico del 56,6% en el 2020 al 51,5% este año. Por el contrario en el resto del país, la pobreza urbana siguió en alza por cuarto año consecutivo.

Aunque la indigencia se incrementó del 1,3% a 1,6% en los adultos mayores, cayó en el resto de la población, En particular entre los niños, que siguen teniendo la mayor incidencia de la indigencia, bajó del 15,7 al 14,7%. En tanto, la pobreza entre los menores subió 3 décimas en los menores de 18 años de edad y cayó para el resto de la población.

La radiografía de la lectura dinámica de la pobreza que pudo hacer el Observatorio gracias al seguimiento en el tiempo de los hogares, es que solo uno de cada tres hogares no conoció la pobreza en los últimos cuatro años.

"Solo el 36,6% en 2021 nunca vivió un evento de pobreza en los últimos cuatro años. Un tercio de la sociedad parece sostenerse a salvo de la pobreza, mientras que el 29,6%, una de cada tres personas, es pobre permanente y constantemente", dijo Salvia en su presentación de los informes anuales de la UCA sobre pobreza e indigencia.

 Salvia enfatizó que en los últimos años se observa un deterioro en la capacidad de ahorro "sobre todo en la clase media" que le impide reinvertir en su capital y desarrollo humano. Así, aquellos que no cayeron debajo de la línea de pobreza también se empobrecieron.

No obstante, el director del Observatorio enfatizó que en los últimos años se observa un deterioro en la capacidad de ahorro "sobre todo en la clase media" que le impide reinvertir en su capital y desarrollo humano. En otras palabras, incluso aquellos que no cayeron debajo de la línea de pobreza, también se empobrecieron.

Esto si solo se mide la pobreza por ingresos, pero al medirla también con un enfoque amplio de derechos. Solo el 28,6% de la población no enfrenta carencias ni por ingresos ni por el acceso a derechos básicos, solo el 4,9% de los que son pobres por ingresos no sufren restricciones no monetarias. En cambio el 38,9% de las personas son pobres y además está privado de al menos uno de sus derechos de acceso a servicios básicos. "Las clases medias vienen deteriorándose, van perdiendo accesos e  incluso cayendo en la pobreza", dijo Salvia. 

En el otro extremo, la pobreza estructural -definida como no acceder ni a la canasta básica total y además tener vulnerados al menos tres dimensiones de derechos- llegó al 23% de la población, menos que el 27% del año pasado, pero notoriamente por encima del 16% de una década atrás."Es la parte más cruel. Y la tendencia es incremental. Hay un proceso de empobrecimiento de mayor extremismo de la pobreza", diagnosticó.

Por otra parte, el investigador enfatizó que el 33,8% de los hogares y más del 40% de la población está recibiendo algún programa de asistencia y advirtió  que la asistencia da cuenta del registro por parte del Estado de la problemática, pero "no es la solución". El 55,3% de los hogares en los que hay niños recibe una asistencia y más del 22% recibe bolsones de comida o asiste a comedores. "Los niveles de cobertura son muy altos", destacó  Salvia y ponderó como indicador de desarrollo "pero no es un indicador de progreso social".

Para detallar el valor de los programas de asistencia, Salvia presento la simulación de cómo habrían dado las cifras si ellos no estuvieran en marcha: el año pasado en lugar 9,8% de personas debajo de la línea de indigencia -es decir, sin cubrir la canasta alimentaria básica- habría sido del 27,7%; y este año, en lugar del 8,8%, habría sido del 18,8%, diez puntos porcentuales más. "La asistencia pasa a ser cada vez más un componente clave de los ingresos de los hogares, no el trabajo", se lamentó el sociólogo.

En términos de impacto en la pobreza, los IFEs, ATPs, pensiones no contributivas, AUH y otros programas, consiguieron que, en lugar del 53,9%, la pobreza incidiera en el 44,7% de la población el año pasado. Y este año, evitaron que llegara al 48,9%, cinco puntos por encina del 443,8% actual.

Las causas en el mundo laboral

"Todo estos indicadores son el emergente, la fiebre en el termómetro, la manifestación de problemas estructurales. Falta de asistencia social y de inversión pública no ha habido, al contrario, es creciente, lo que no ha pasado es que haya generación de trabajo, de buenos trabajos", detalló Salvia.

"Cuando se consigue un empleo, no es un buen empleo" y mostró que en 2010 eran 8,5 millones las personas que aun teniendo trabajo no tenían cobertura social. Hoy son 9,5 millones, un millón más de trabajadores en negro. "No son tanto los asalariados, sino los que no consiguen un trabajo asalariado y van cayendo en el trabajo por cuenta propia".