Deuda externa

Alberto le exige al FMI "una evaluación del crédito fallido" para cerrar el acuerdo

En la 27° Conferencia de la UIA el presidente dijo que el acuerdo no va a frenar el crecimiento y que no quiere una apertura indiscriminada.

Alberto Fernández cerró la 27° Conferencia de la UIA en Parque Norte con definiciones sobre el acuerdo con el FMI. Como los ministros que pasaron por el escenario en los paneles previos aseguró que se tratará de un entendimiento que no frene la recuperación económica. Y además sumó una novedad: la exigencia al organismo de una "evaluación del fallido crédito" por 44.000 millones de dólares que se desembolsó en 2015.

"En esta segunda etapa de mi gobierno, pondremos toda nuestra atención en enfrentar el problema de la pobreza y la exclusión. Sigo creyendo, como dije el primer día que en esta hora primero están los últimos. Y también debemos resolver el enorme problema de la deuda externa. El año pasado logramos una reestructuración exitosa, en la que el país ahorró más de 37 mil millones de dólares. Ahora, estamos dialogando con el Fondo Monetario Internacional para resolver la deuda que aún mantenemos con el organismo", dijo.

"Estamos progresando en construir entendimientos con el FMI para que sobre esa base podamos llegar a un acuerdo. La semana próxima habrá una visita de equipos técnicos del ministerio de economía y del Banco Central a Washington para seguir fortaleciendo estos progresos, que el ministro Guzmán supervisará desde Buenos Aires", confirmó.

"Pero debemos hacer todo para evitar que vuelva a pasar algo como lo que pasó con el programa que firmó el gobierno anterior y que tanto daño le hizo a la Argentina. Por eso le pedimos al FMI que antes de que cerremos un nuevo acuerdo, haga su evaluación de lo que fue el fallido programa Stand-By por el que se desembolsaron 44 mil millones de dólares que se malutilizaron en pagar deuda insostenible y en financiar salida de capitales. Eso nos va a ayudar a terminar de entendernos", aseguró. 

 Le pedimos al FMI que antes de que cerremos un nuevo acuerdo, haga su evaluación de lo que fue el fallido programa Stand-By por el que se desembolsaron 44 mil millones de dólares que se malutilizaron en pagar deuda insostenible y en financiar salida de capitales. Eso nos va a ayudar a terminar de entendernos.

"Es un paso necesario en este camino. Para poder escribir una nueva página, es necesario cerrar el capítulo anterior. Hagámoslo rápido y así avancemos sobre un terreno más firme y despejado", agregó.

 Con esta exigencia, se suma un paso previo más en la concreción del acuerdo con el Fondo que permita postergar los vencimientos que se concentran entre 2022 y 2024 y que el presidente señaló que equivalen a todos los desembolsos que hizo en 2020 el organismo para ayudar a los países a paliar la pandemia.

"Argentina necesita claridad. El programa plurianual que tan pronto podamos enviaremos al Congreso, traza la política macroeconómica que es posible llevar adelante y que generará resultados positivos para nuestra Argentina. Cuando somos enérgicos con nuestros acreedores demostramos nuestra seriedad. Nada serio puede resolverse en cinco minutos. El problema de la deuda externa no es un problema del gobierno de Alberto Fernández, es de la Argentina".

"No trabajamos para sacarnos el problema de encima. Mi responsabilidad es trabajar para que la deuda no postergue más el desarrollo argentino. Crecer para cumplir los compromisos asumidos. Cualquier otra lógica solo es una quimera. Lograr un acuerdo que permita el desarrollo argentino requiere de mucho trabajo. Ese trabajo es la mejor inversión que podemos hacer por la Argentina y por las próximas generaciones", concluyó.

Aplausos y definiciones antipáticas

El discurso del presidente también rebatió argumentos contra la modernización del régimen laboral que impulsa Daniel Funes de Rioja y criticó los aumentos de precios. Respecto del primer punto, señaló que el aumento de la productividad no puede ser a costa de los derechos de los trabajadores. Y sobre el segundo, responsabilizó a "algunos pícaros aprovechen el momento para obtener ganancias extraordinarias".

En particular frente a las subas en alimentos y en insumos para la construcción, Alberto prometió ser "inflexible con quienes se abusan en este contexto".

Pese a que las definiciones antipáticas para el empresariado fueron más, el presidente cosechó aplausos cuando  defendió a las empresas de la apertura indiscriminada de las importaciones de bienes finales: "Solo podemos soñar con un mejor futuro si cuidamos los esfuerzos que hemos hecho para que nuestra industria se vuelva a poner de pie. No podemos recaer en visiones anti-industriales. No podemos recaer en aperturas indiscriminadas de la economía que destruyen a la industria nacional", dijo. 

"No podemos recaer en políticas socialmente excluyentes. Todas ellas son profundamente injustas y aumentan la pobreza. Pero también generan la caída del consumo y destruyen empresas. No podemos recaer en políticas de endeudamiento irresponsable", agregó.