Brasil

Se desploman las proyecciones de crecimiento en Brasil y afectan las perspectivas para Argentina

De una semana a la otra, los economistas brasileños redujeron un sexto sus pronósticos para 2022. Ahora se ubican en un modesto 1%.

Mientras en Argentina el Gobierno y las consultoras revisan sus proyecciones de crecimiento económico al alza y las ubican más cerca del 10% que del 8% pronosticado a comienzos de año, el Brasil sucede todo lo contrario y no dejan de caer.

Antes de que empezara el año proyectaban 3,5% de rebote en 2021 y 2,5% de crecimiento en 2022 y 2023. Hacia abril ya las habían reducido al 3,1% este año y 2,3% el año próximo, más a mitad de año se aceleraron al 5,3% en julio para este año -lo suficiente como para revertir la caída de 2020-, pero se moderaron al 2% para 2022. Sin embargo, los datos de actividad del tercer trimestre no convencieron y en el último mes el mercado le soltó una advertencia a Bolsonaro: el Bovespa en octubre retrocedió al mínimo en once meses y el real cayó 3,5%.

Consecuentemente las proyecciones de crecimiento también se derrumbaron: en una semana los economistas que releva el Banco Central del país vecino cayeron un sexto al reducirse de 1,2% a solo 1% el crecimiento de la economía vecina el año próximo (y hacía un mes se anticipaba 1,5%), una tasa que medida en relación a la población, habla de una contracción del PBI per cápita. Para este año, los pronósticos también se deterioraron al 4,9%, lo que se traduce en una recuperación plena de la caída del año pasado y un crecimiento adicional de apenas 0,3%. Para 2023, por lo pronto, se ubican en un módico 2% anual.

Antes de que empezara el año en Brasil proyectaban 3,5% de rebote en 2021 y 2,5% de crecimiento en 2022 y 2023. A mitad de año la proyecciones se aceleraron al 5,3% para este año -lo suficiente como para revertir la caída de 2020-, pero se moderaron al 2% para 2022. 

La caída de las proyecciones vienen de la mano de un mayor costo del combustible, la menor perspectiva de demanda de China tanto de bienes primarios -como ya se evidenció en octubre con la carne- como de bienes industriales; las luchas limitaciones políticas con las que choca Guedes para avanzar con reformas económicas de fondo; y también de la mano de una política monetaria más dura para combatir la inflación. De hecho, las proyecciones también muestran una revisión de la tasa Selic hasta el 11%.

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Es que el Banco Central tenía por meta de inflación el 3,75% este año (con un margen de hasta el 5,25%) y los precios vienen más cerca de cerrar al 9,4% el año. Por eso, el mercado ahora espera una política monetaria más dura para devolver el año próximo la inflación a la zona de cumplimiento de la meta del 3,5% (+/- 1,5).

Para la Argentina no son buenas noticias. Se estima que, por la integración económica entre ambos países y los efectos de demanda del resto del mundo y precios  internacionales que afecta a ambos países, por cada punto que crece Brasil, Argentina crece hasta medio punto porcentual. No obstante, de acuerdo Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI, el impacto podría ser menor por el lado de Brasil habida cuenta de la "deslatinoamericanización" de las exportaciones argentinas. 

América Latina está complicada y es de la región que menos crece en todo el mundo, así que considero que el hecho de estar tan integrados con esta región y no tener acuerdos con los países que traccionan el 95% del comercio mundial es un error de estrategia a revisar, pero por lo pronto Brasil sigue siendo nuestro principal mercado

"América Latina está complicada y es de la región que menos crece en todo el mundo, así que considero que el hecho de estar tan integrados con esta región y no tener acuerdos con los países que traccionan el 95% del comercio mundial es un error de estrategia a revisar, pero por lo pronto Brasil sigue siendo nuestro principal mercado, aunque pasó de representar el 25% de las exportaciones hace 25 años y ahora explica menos del 18%", dijo Elizondo a LPO al tiempo que advirtió que la economía también se está frenando por las limitaciones a las importaciones.

En cambio, Asia cada vez pesa más en las exportaciones argentinas. Por eso, la mala noticia es que China también se está desacelerando por el encarecimiento y la falta de combustible, lo que también deprime las proyecciones para la economía argentina.

Para el BBVA, por ejemplo, las proyecciones de crecimiento para el año que viene pasaron de 3,5% al 2,3% de acuerdo al último informe que publicaron a finales de octubre. En cambio para el Gobierno, hay margen para crecer hasta 4% el año que viene y así terminar de recuperar lo perdido en 2020.

"En el resto del mundo el comercio exterior representa el 58% del PBI mundial y en Argentina es el 30%, es uno de los países con menor participación de exportaciones e importaciones en su economía, de modo que incluso cuando el comercio exterior crezca y la balanza comercial dé positiva, tracciona menos que en otros países. Argentina tiene más dependencia de lo doméstico: de la inversión local, que está muy baja; del consumo local, que está muy golpeado por la capacidad de compra de los salarios reducida por la inflación; y del gasto público que está limitado por su déficit y sus dificultades para financiarse. Entonces hay un problema interno del que el comercio exterior no puede salvarnos porque fueron muchos años sin hacerlo crecer a la par del resto de la economía", concluyó Elizondo.