Rusia

Putin ordena abastecer de gas a Europa en medio de la crisis energética

La decisión provocó una caída en los precios que habían subido en los últimos meses presionado por el aumento de la demanda de Asia y las golpeadas reservas de la Unión Europea.

Vladimir Putin metió mano en su principal arma para ponerse en el centro de la escena internacional. Se trata de una jugada destinada a que la principal empresa gas, Gazprom, habilite el envío de gas a Europa. 

Esto provocó una caída en los precios que habían subido en los últimos meses presionado por el aumento de la demanda de Asia y las golpeadas reservas de la Unión Europea tras un duro invierno que en algunos países generó un fuerte incremento de la tarifa. 

Putin ordenó a Alexei Miller, responsable Gazprom, que empezara a bombear gas a las instalaciones de almacenamiento de la firma en Austria y Alemania cuando haya llenado los depósitos nacionales el 8 de noviembre. La orden del mandatario ruso hizo bajar de inmediato los precios del gas en Europa.

La finalización del Nord Stream 2 refuerza el eje ruso-alemán y tensiona a Bruselas

"Esto permitirá cumplir nuestros compromisos contractuales de una forma fiable, estable y consistente y suministrar gas a nuestros socios europeos en otoño e invierno", dijo Putin. "Esto creará una situación favorable, en cualquier caso una situación mejor, en el mercado europeo de la energía en general".

LPO consultó al licenciado, Martin Rodriguez Ossés, integrante de la Fundacion Globalizar y especialista en Rusia que explicó "la estrategia rusa obedece a dos cuestiones. La primera, eminentemente económica, busca consolidar la dependencia del continente europeo al recurso. De la mano de la misma viene la estrategia geopolítica por la que busca fortalecer el acercamiento a Alemania, con el Nord Stream 2, y así, por el liderazgo que ejerce la misma, debilitar el bloque al interior". 

"Al conseguir proveer a Alemania de gas en forma directa perjudica a Ucrania al negarle el cobro de tasas transitorias y, por ende, asesta un golpe a su economía. Si bien esto acerca Ucrania a la influencia estadounidense, el costo es menor a los beneficios reportados. Rusia sabe que Estados Unidos y la UE no están dispuestos a pagar una aventura militar por Ucrania", detalló. 

La estrategia rusa obedece a dos cuestiones. La primera, eminentemente económica, busca consolidar la dependencia del continente europeo al recurso. De la mano de la misma viene la estrategia geopolítica por la que busca fortalecer el acercamiento a Alemania, con el Nord Stream 2, y así, por el liderazgo que ejerce la misma, debilitar el bloque al interior

A su vez, el especialista planteó que "si bien no existen aliados que reporten beneficios absolutos en esta estrategia, grandes empresas alemanas, francesas y Shell (angloholandeses) fueron partícipes del Nord Stream 2. Por lo que, al interior de los países del bloque, cuenta con actores con capacidad de moldear políticas domésticas y logra que las sanciones estadounidenses tengan un impacto menor".

Rusia siempre intentó trasladar a la arena de la disputa geopolítica la dependencia europea del gas ruso. Esto puso en aprietos a los países europeos que se encontraron en el dilema de acompañar la mirada hostil, especialmente promovida por Estados Unidos, y la necesidad de acordar de manera beneficiosa el abastecimiento de gas con Rusia. 

Angela Merkel y Vladimir Putin anunciaron en conjunto la finalización del Nord Stream 2.

En ese plano se encuadra el El Nord Stream 2  con una capacidad anual de 55.000 millones de metros cúbicos de gas, está diseñado para enviar gas directamente a Alemania y evitar Polonia y Ucrania, que al igual que Estados Unidos se han opuesto con firmeza al proyecto.

En ese sentido, Rodríguez Ossés, detalló que "hay dos tipos de adversarios para Rusia en este tipo de iniciativas. El primero, Estados Unidos (de carácter sistémico) que encuentra en Rusia un actores capaz de moldear preferencias en una zona de influencia histórica. Los segundos, Ucrania, Polonia y los países del Báltico principalmente (de carácter regional) que observan como los intereses geoeconómicos los relegan de la agenda continental y perciben a Rusia como una amenaza, no sólo económica, sino fundamentalmente de seguridad". 

La Unión Europea, de 27 países, depende de Rusia para más del 40% de sus importaciones de gas y eso es uno de los condicionantes para que Bruselas continúe defendiendo una agenda hostil hacia Moscú.