Deuda externa

El peronismo le manda un mensaje a Guzmán y el FMI: "Primero se crece, después se paga"

El Frente de Todos convocó a un acto con Alberto como único orador con una consigna contra el FMI. Guzmán tomó nota de las presiones y buscará más apoyo en la cumbre del G20 para una baja de tasas.

El peronismo parece estar reagrupándose en torno a una idea: Resistir un acuerdo con el FMI que implique un ajuste cercano. Esta vez con la consigna "Primero se crece, después se paga", el Frente de Todos lanzó la convocatoria al acto conmemorativo de Néstor Kirchner este miércoles en Morón a once años de su muerte.

El acto tendrá a Alberto Fernández como único orador y además del kirchnerismo esta convocada toda la estructura del peronismo, gobernadores, intendentes y sindicatos.

Después del video de La Cámpora, el Gobierno ahora dice que el acuerdo con el FMI podría pasar para el año que viene

  La consigna se pliega así a la ofensiva que lanzó la semana pasada La Cámpora para bloquear un acuerdo con el organismo internacional que obligue a restricciones económicas fuertes.  

Es parte de una de las tres claves de lectura de la realidad económica que busca difundir la agrupación que lidera Máximo Kirchner: los responsables de la inflación son las empresas concentradas productoras de alimentos; pagarle al FMI en los términos de siempre es defaultear la deuda social, que es prioritaria; para crecer hay que desoír las recetas del Fondo Monetario. 

Estas interpretaciones dieron el presente en la última aparición pública de Máximo  en su paso este último sábado por Lanús. Y también se filtraron a la conferencia de Martín Guzmán en el CCK, en la que volvió a insistir en un acuerdo avanzado al que le falta el gesto del FMI de acceder a bajar las tasas de interés.

No se puede patear el tablero y decir ‘afuera el FMI', porque "acá estamos hablando de la integración de la Argentina en el mundo.

"Lo que tenemos que lograr es que el FMI deje de ser una carga desestabilizante en la balanza de pagos. Eso es lo que estamos buscando: un acuerdo sobre la base de lo que es nuestra programación económica para tranquilizar la economía argentina. Buscamos un acuerdo conveniente para la Argentina que implique que esta carga sea sostenible. Es tan grande el volumen de la deuda, que va a llevar distintos pasos poder ir resolviendo este problema de una forma que termine siendo sostenible. El acuerdo es un paso dentro de ese sendero", dijo el ministro en su alocución sobre "Cómo salir de la trampa de la deuda externa".

Sin embargo también aclaró que no se puede "patear el tablero y decir ‘afuera el FMI'" porque "acá estamos hablando de la integración de la Argentina en el mundo". Y remarcó que su propuesta es insistir en "seguir negociando" hasta tanto el Fondo revise su política de sobretasas de interés y ser didácticos con todos los sectores de la economía para que no se firme "cualquier acuerdo", sino uno sostenible. 

Por eso, se da por descontado que la agenda de Guzmán en la próxima cumbre del G20, así como la de Alberto Fernández, se centre en reforzar el pedido de revisión de tasas de interés del FMI. El plan B, si no bajan las tasas ahora ni estiran los plazos como viene reclamando La Cámpora, es dejar asentada una cláusula pari passu en el acuerdo para que, si a futuro mejoran las condiciones estructurales de los créditos del FMI, Argentina pueda acoplarse a esas nuevas condiciones.

No obstante, las proyecciones de crecimiento para la Argentina y en particular los determinantes del crecimiento potencial siguen en caída. Las normativas para la promoción de las exportaciones que propuso Guzmán están en su mayoría estancadas en el Congreso, incluso la misma Ley de Presupuesto 2022 sigue en espera.

En este sentido, entre los analistas vuelve la pregunta respecto de cuál es el plan de crecimiento, porque mientras Guzmán habla de respetar la programación económica propia, ni la Ley de Presupuesto está siendo tratada y no hay lineamientos macroeconómicos de cara a 2023 ni, mucho menos 2024.

Con importaciones restringidas, exportaciones intervenidas, cuenta de capital cerrada por los cepos cambiarios y la inflación creciendo por fuera de la pauta de 2021 y la de 2022, las consignas de un nuevo desarrollismo que esbozan desde La Cámpora, desde Desarrollo Productivo y desde el Palacio de Hacienda vuelven a chocarse con la incertidumbre macroeconómica y la falta de rumbo para la promoción de inversiones.

En este sentido, el economista Fausto Spotorno recordó que la economía desde 2011 no crece y, si bien puede haber un rebote de entre el 7,5% y el 8% este año que se estire también al año próximo, los motores o "drivers" del crecimiento genuino están apagados: inversiones y productividad. Precisamente, apuntó a la acumulación de desequilibrios económicos que no garantizan ni la una ni la otra de forma extendida en toda la economía. "Desde 2019 el producto potencial de la economía está cayendo", dijo

Por eso consideró que después de las elecciones de vendrá "un ajuste más bien heterodoxo, una aceleración del dólar superior a la de los últimos meses y un aumento de tarifas, lo que reduzca el déficit y acelere la inflación a la zona del 55%, no más porque la misma economía no va a tener más pesos con la que convalidar la aceleración", consideró.