Sánchez confía en una victoria de Scholz para conformar un eje socialdemócrata con Alemania
Las elecciones del domingo en Alemania son claves para el futuro de Europa. Los 16 años de Angela Merkel marcaron un liderazgo clave para el sostenimiento del bloque europeo y su salida deja un vacío que muchos líderes querrán ocupar.
Para Alemania, el escenario es de incertidumbre. El candidato de la CDU, Armin Laschet, se ubica en las encuestas por debajo del socialdemócrata, Olaf Scholz. El mapa se completa con el Partido Verde de Annalena Baerbock, los Liberales de FPD, la derecha radical de Alternativa por Alemania y la izquierda comunista.
Las negociaciones posteriores a la jornada electoral son un interrogante y agregan dudas a lo que será la próxima coalición de gobierno.
"La salida de Merkel significa el fin de una cultura política"
Ante esta situación, desde España, Pedro Sánchez mira con expectativa lo que suceda por dos cuestiones que lo desvelan. El primero es la posibilidad de consolidarse como el Presidente más europeísta de los 27 del bloque.
El cálculo en el Gobierno español es que la atomización dejará un líder débil en Alemania que tendrá que ocuparse en los problemas internos y en el resto de las potencias europeas que ocupan un lugar de preferencia en la mesa de discusión de Bruselas como Italia y Francia atraviesan problemas internas.
Olaf Scholz, candidato de la SPD.
El primero por sus crisis recurrentes que impiden la culminación de los mandatos y el segundo por las elecciones presidenciales de marzo que muestran un crecimiento de la extrema derecha.
El segundo análisis que realizan en Moncloa es que si el ganador resulta ser Scholz, podrían abrirse la oportunidad para la construcción de un eje socialdemócrata europeo. "Acompañaremos a quien resulte electo pero está claro que con la socialdemocracia alemana compartimos las mismas ideas y valores", dijo a LPO una fuente del PSOE atenta a los comicios del domingo.
Hace tiempo que Sánchez busca el aval de Bruselas. El apoyo ante la crisis de refugiados de Afganistán fue un empuje para soñar con un reconocimiento aún mayor. No obstante, el Presidente del Gobierno deberá encarrillar los problemas internos generados por la lenta recuperación económica y el crecimiento de la extrema derecha.