Cómo era la logística del líder de Los Monos para ordenar ataques desde la cárcel
Las balaceras por las que volverá a ser condenado Ariel 'Guille' Cantero se presentan como el acto final de quien se sabe cercado y a punto de perder su halo de impunidad.
Así quedó expuesto en el alegato de clausura realizado este lunes en Rosario, donde los fiscales Aníbal Vescovo, Gastón Ávila, Matías Edery y Miguel Moreno repasaron los 14 ataques registrados entre mayo y agosto del 2018 como un mensaje mafioso ideado por Cantero para amedrentar a quienes lo investigaban, en un intento desesperado por detener el crecimiento de los legajos judiciales que comenzaban a acumularse en su contra.
Las pruebas de los fiscales confirmaron al detalle que las balaceras fueron digitadas por Cantero y ejecutadas por sus redes mafiosas, sumando nuevas evidencias contra los cabecillas de estos grupos que también se encuentran en prisión por anteriores condenas.
Durante más de cinco horas los magistrados hablaron sobre la planificación de los ataques, dejando en claro los vínculos delictivos que unen al líder de Los Monos con los "clanes" o grupos de primeras y segundas líneas que le responden, así como la facilidad que tuvieron estas personas, muchas de ellas presas, para contactarse entre sí.
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Los fiscales explicaron que los ataques comenzaron cuando 'Guille' Cantero (preso desde el 2013) fue trasladado al penal de Resistencia en el marco de nuevas causas penales que se le estaban iniciando, y los tiros fueron represalias contra las investigaciones iniciadas. Los blancos fueron varios, e incluyeron tanto jueces que ya lo habían condenado como fiscales y policías que en aquel entonces se encontraban tras su huella.
De acuerdo a la reconstrucción de la Fiscalía, la preocupación de Cantero pasaba no solo por la larga estadía que le esperaría tras las rejas, de prosperar las investigaciones, sino además por el destino que podría tener su vasta fortuna decomisada.
Este hecho fue particularmente destacado por los fiscales, quienes pidieron no olvidar los intereses económicos que en última instancia motivó cada delito.
Para organizar las balaceras (siete fueron directamente ordenadas en primera persona), Cantero trabajó paralelamente con tres de sus bandas subordinadas: la de barrio Alvear, dirigida por Daniel Alejandro "Teletubi" Delgado, quien fue asesinado en la cárcel por hombres de su confianza.
El nexo entre todos estos cabecillas fue Lucía Uberti, joven "secretaria" o confidente de Cantero que por fuera de las rejas se encargaba de coordinar cada ataque. Resultó Uberti una imputada clave, ya que en su teléfono celular se encontraron las pistas que permitieron conectar cada episodio.
Es que gran parte de la prueba consistió en conversaciones de mensajería celular, chats que en muchas ocasiones fueron borrados para no dejar huellas. Pero Uberti era quien respondía ante Cantero, y realizaba capturas de pantallas de cada conversación por si algún imprevisto la obligara a tener que justificarse ante su jefe. Como se esperaba, el acceso a esas imágenes fue la clave que permitió conectar la secuencia de los hechos.
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Pero aunque ya en retirada (quienes saben del tema no dudan en afirmar que los Cantero son una banda menor del mapa narco argentino), la situación del líder de Los Monos y la capacidad que todavía tiene para cometer delitos y balaceras expone la grave crisis que atraviesa el servicio penitenciario provincial y del país.
El tribunal que juzga a Los Monos integrado por los jueces Hebe Marcogliese, Pablo Pinto y Rafael Coria
Esto fue remarcado por el propio gobernador Omar Perotti en su reunión con el flamante ministro de Seguridad nacional, Aníbal Fernández, en donde le pidió mayor presencia de fuerzas federales y cambiar la lógica de los operativos para combatir el narcotráfico.
También se expidió esta semana el Concejo Municipal de Rosario, cuyo cuerpo reconoció a los fiscales y al cuerpo judicial que atiende en la causa "por el trabajo realizado".
En resumen, las penas solicitadas por la Fiscalía al final de su alegato fue de 24 años para Ariel 'Guille' Cantero, Matías César y Lucía Uberti, 13 años para Daniel Delgado -quedaría en 34 por la unificación de pena-, 13 años para Leandro Olivera, 12 años para Leonel Fernández, y 9 años y 6 meses para Damián Chávez.
También fueron imputados Claudio Canavo, Aldana Mazzeo, Tobías Barrios y José Alberto Castillo, quienes aceptaron un juicio abreviado y ya recibieron una condena a 5 años y 6 meses de prisión.
Los alegatos de clausura continuarán esta semana, y el veredicto del tribunal integrado por Hebe Marcogliese, Pablo Pinto y Rafael Coria se espera para el miércoles 29 de septiembre.