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El kirchnerismo presiona a Guzmán para que aumente el gasto social y amenaza con trabarle el presupuesto

El ministro lo presenta el miércoles. El kirchnerismo le reclamará mayor ayuda social y hay resistencia a acordar con el FMI. Los reproches por cortar el IFE.

La inesperada derrota del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires y las pésimas elecciones en el resto del país complicaron el tratamiento del presupuesto 2020, que Martín Guzmán debe presentar este miércoles y exponer ante la Cámara de Diputados este fin de semana.

La ecuación que por estas horas circula entre los legisladores del Frente de Todos que esperan al ministro es simple: los recortes a los fondos sociales del año pasado contribuyeron a perder votos en las elecciones, o que en algunos casos ni siquiera fueron a votar.

El Gobierno aumenta las jubilaciones e insinúa una radicalización

Hay casos que resonaban como el 58% de participación en Salta, donde aún así el Frente de Todos ganó por un punto. En Buenos Aires no llegó al 70%, con el 64,83% en la tercera sección electoral, que es donde más diferencia saca el oficialismo. Y en Santa Fe se estancó en 64%.

"Hubo mucha gente que no fue a votar porque no está contenida. Sacar el Ingreso Familiar por Emergencia (IFE) fue un error muy grave y alguien se deberá hacerse cargo. Porque se lo sacó el Estado", señaló a LPO una diputada oficialista que no salía de su asombro por el resultado y aseguraba haber visto la encuesta que, el domingo por la tarde, le daba a ganadora a Victoria Tolosa Paz.

Hubo mucha gente que no fue a votar porque no está contenida. Sacar el Ingreso Familiar por Emergencia (IFE) fue un error muy grave y alguien se deberá hacerse cargo, porque se lo sacó el Estado.

La ausencia de un votante propio golpea mucho porque redunda en el porcentaje final del rival, pero en el oficialismo ni siquiera están en condiciones de asegurar que algo cambiará en noviembre, porque estiman que el descontento no va a disiparse tan rápido.

Guzmán presentó el presupuesto hace un año y explicó que el IFE y el ATP (un aporte salarial que recibieron las pymes en tiempos de pandemia) ya no se requerían este año porque la pandemia estaría controlada.

No sólo que durante el primer semestre eso no ocurrió, sino que además la falta del IFE profundizó la crisis social en los barrios más vulnerables, que dejaron de recibir el haber mensual. El ministro, además, intentó aumentar las tarifas de luz y gas y negocia el acuerdo con el FMI para antes de marzo, que demandaría nuevos desembolsos en 2022.

Máximo Kirchner, durante la última sesión, le preguntó a la oposición si había que aceptar el programa a diez años que ofrecía el FMI, como ya estaría negociando el presidente. Esta semana se lo podrá consultar a Guzmán.

Máximo le puso límites a un acuerdo con el FMI

El presupuesto de 2021 tuvo muchas demandas de fondos de las provincias y el ministro, por entonces empoderado por su exitosa negociación de la deuda pirvada, rechazó casi todas. Por caso, Misiones, que puede tener los votos claves para destrabar el Senado, le pidió una zona franca en la provincia para evitar competir con productos extranjeros y luego de una promesa explícita de Alberto de concederla, no ocurrió.

Hasta este lunes por la noche los diputados no habían recibido la citación de Carlos Heller para la presentación del ministro, que sería el jueves y sin preguntas. El año pasado aceptó.

La disciplina fiscal que impuso Guzmán le permitió moderar el déficit y financiarlo en parte con deuda en pesos, una escarapela que suele mostrar para diferenciarse de sus antecesores. Pero enumera excusas cuando tiene que hablar de inflación: la calculó en 29% y orillará los 50%.

Como explicó LPO, Alberto no tenía intenciones de demasiados cambios de Gabinete, pero con el resultado del domingo no le será fácil mantenerse en esa postura. Guzmán es de los más apuntados y como reveló este medio el kirchnerismo preferiría que cierre el acuerdo con el FMI y después de vaya.

Lo cierto es que su disciplina fiscal le permitió moderar el déficit y financiarlo en parte con deuda en pesos, una escarapela que suele mostrar para diferenciarse de sus antecesores. Pero enumera excusas cuando tiene que hablar de inflación: la calculó en 29% y orillará los 50%.

Esa es otra de las causas según el análisis que circula en el bloque oficialista del desgano por acompañar al Gobierno de muchos de los votantes que hicieron a Alberto presidente en 2019.