Tras las fugas, el titular del Servicio Penitenciario de Santa Fe se muda al penal de Piñero
La crisis del servicio penitenciario ha calado tan hondo en Santa Fe que este jueves su titular, Walter Gálvez, trasladará su oficina al penal de Piñero para vigilar el avance de las medidas dispuestas por el Ministerio de Seguridad de Omar Perotti para frenar la sangría y de esta manera, frenar los reclamos de renuncia.
Mejoras tecnológicas, reformas edilicias y el traslado de reclusos de "alto perfil" hacia otras unidades penales explican gran parte del combo diseñado para blindar una cárcel que hoy se presenta con demasiadas fisuras y que ha sido escenario de escapes cinematográficos.
En lo que va del año, Gálvez tuvo que enfrentar la crisis que generó las tres fugas de las cuales una terminó en un feroz tiroteo entre guardias que dejó el saldo de un muerto y con el "Morocho" Mansilla, un peligroso recluso aún prófugo cuando debía estar cursando una condena por 25 años.
Y al igual que lo expuesto en Marcos Paz con el teléfono de 'Guille' Cantero, en Piñero y las demás cárceles de alto perfil de Santa Fe preocupa la circulación excesiva de información entre los líderes vinculados a bandas narcos con lugartenientes y sicarios. En lo que va del año, se secuestraron más de 3.700 móviles en lo que va del año, en las cárceles provinciales.
[ La fuga de un peligroso preso profundiza la crisis del sistema carcelario en Santa Fe ]
Por eso, en diálogo con LPO, Gálvez explicó que el traslado a Piñero durará "entre dos y tres meses", y que servirá para "monitorear de cerca las reformas edilicias y la incorporación de tecnología, además de la redistribución de los altos perfiles para redireccionar a la unidad 11 como un penal de máxima seguridad".
También sostuvo que aprovechará a "estar con los empleados" y para "charlar con los presidentes comunales para reclutar aspirantes a la vacante de 200 suboficiales que se está por abrir".
También el propio ministro de Seguridad, Jorge Lagna, reconoció esta mañana el estado "agobiante" de la estructura carcelaria y penal (la equiparó con la crisis económica y social general), aunque resaltando "la decisión política del gobernador Perotti de invertir sumas muy importantes en la construcción de cárceles".
"Para el año que viene tenemos la esperanza de contar con más de mil celdas nuevas que descomprimirán la superpoblación y aumentará la seguridad de las unidades penitenciarias", explicó el ministro desde el segundo piso del Municipio de Santa Fe, tras una reunión con el intendente Emilio Jatón donde acordaron la reapertura de comisarías y presentaron a dos nuevos comisarios: Martín García (nuevo jefe de la URI) y Darío González, subjefe de policías provincial.
[ El gobierno de Santa Fe culpó a la falta de infraestructura por la fuga de dos peligrosos reclusos ]
Lagna anunció además que pretenden acompañar todas estas reformas con la incorporación de 900 policías, todos ellos preparados "para salir a la calle", y la incorporación de 216 camionetas y 32 minibuses nuevos.
Explicó también que están teniendo reuniones periódicas con los funcionarios del Ministerio de Gobierno, cartera conducida por Roberto Sukerman y a la que curiosamente responde el servicio penitenciario santafesino. Consultado sobre esta particularidad por la periodista Ivana Fux, Lagna dijo: "Fue una decisión política que no la he pensado aún. Estoy con el devenir constante del trabajo, pero se puede repensar".
Lagna sostuvo para finalizar que el Centro de Justicia Penal baleado debería ser remodelado a partir de premisas basadas en la seguridad, planteando la idea de rodearla de un cerco. "El vidriado propuesto por la anterior gestión corresponde a una idea de transparencia que hoy está jaqueado", dijo.
Jorge Lagna reunido con el intendente Emilio Jatón