México

Fuerte fracaso de la consulta de AMLO, la participación no llegó al 8 por ciento

Convocó a una consulta para habilitar el juicio a los ex presidentes del PAN y el PRI. Necesitaba del 40 por ciento del padrón pero apenas llegó al 7,74.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sufrió una dura derrota política luego de registrarse una nula participación en la consulta popular para enjuiciar a los ex presidentes. 

Según los datos del Instituto Nacional Electoral (INE), el porcentaje de participación fue entre 7.7 y 7.74, quedando muy por debajo del 40 por ciento necesario para que sea vinculante. 

El oficialismo mexicano venía planteando que era muy probable no llegar al umbral necesario del padrón electoral pero esperaban mejores números. De todas formas, los principales dirigentes y el propio Presidente utilizaron el vacío que le dio la ciudadanía a la iniciativa para criticar al INE por haber "saboteado" el plebiscito.

En medio de la tercera ola, AMLO impulsa una consulta popular para enjuiciar a ex presidentes 

En conferencia de prensa, López Obrador evitó reconocer el fracaso de la consulta impulsada por su Gobierno y dijo que  "lo importante es que se echó a andar un proceso democrático para que nadie se sienta intocable, absoluto. En ningún nivel de la escala. De que no se deje de respetar al pueblo, que es el soberano, el que manda". "Aunque la consulta popular no fuera vinculatoria fue un triunfo", se excusó.

Estos resultados quedan muy por debajo del 40% que se requiere por Ley para que la consulta pueda ser vinculante, no obstante, para activistas que han promovido la consulta consideran que los resultados, más allá del juicio a políticos y expresidentes, debe funcionar para exigir la instalación de comisiones de la verdad o fiscalías especializadas en el caso de hechos que hayan violentado los derechos humanos en sexenios pasados.

Para AMLO se trató de una jugada personal que tuvo como objetivo alimentar la narrativa anti-corrupción que viene expresando desde la campaña electoral de 2018, poner en el ojo a sus antecesores sobre los problemas del presente y correr de la agenda pública el avance de la tercera ola, la lenta recuperación económica y la disputas internas dentro de su partido para sucederlo en 2024.

La pregunta que respondió la ciudadanía fue: "¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?", la cual fue reformulada por la Corte Suprema tras la propuesta original del gobierno de López Obrador, que proponía una pregunta que vinculaba directamente a los expresidentes con un proceso de enjuiciamiento pero fue declarara inconstitucional. 

Los jefes de estado involucrados en el referéndum son los que López Obrador denomina los ex presidentes del "período neoliberal" Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), Ernesto Zedillo (1994-2000), Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018). 

Los más activos desde las redes sociales para remarcar el fracaso de la consulta fueron Vicente Fox y Felipe Calderón. El primero sostuvo que "esto no tuvo nada de consulta popular" y planteó: "Ahora sabemos el tamaño de la 4T. Son un micro organismo".

Por su parte, Calderón denunció el "acarreo" de la estructura de Morena a ciudadanos llevados para votar por el "SI" y el "derroche" de dinero público destinado para un proceso que no tuvo el acompañamiento de los mexicanos. 

Aunque la consulta popular no fuera vinculatoria fue un triunfo

A pesar del vacío de la ciudadanía a este tipo de mecanismos de participación, AMLO ratificó que se vendrán otras consultas, entre ella, se baraja un referéndum revocatorio del mandato del Presidente para el año que viene. 

Lopez Obrador busca seguir poniendo en tensión la relación con los partidos políticos tradicionales de México para mostrarse como única alternativa pero las elecciones regionales y legislativas de junio y el fracaso de la consulta popular alimentan la ilusión de los partidos opositores para recuperar el gobierno en tres años.