Gobierno

Cristina insiste con el proyecto de las obras sociales que inquieta a los gremios

La vice estuvo en un acto con Kicillof. "Lo peor que le puede pasar a un gobierno es negarse a discutir la realidad y las cosas evidentes", dijo.

Cristina Kirchner reapareció en un acto público con Axel Kicillof yvolvió a la carga con su proyecto para integrar todo el sistema de salud y reformar las obras sociales, una idea que puso en alerta a todo el sector privado e inquieta los gremios.

La vicepresidenta inauguró junto al gobernador el nuevo edificio del Hospital de Niños de La Plata y aprovechó para volver a poner sobre la mesa una idea que incomodó a Alberto Fernández y al entonces ministro Ginés González García.

"La última vez que estuve en La Plata dije algo que causó gran revuelo y empezaron con que 'quieren socializar' y no sé qué cosa. Lo que dije es que debíamos acostumbrarnos a que tal vez esta no sea la última pandemia. Y que por lo tanto debíamos repensar el sistema de salud y que debíamos ir a un sistema integrado entre los tres subsistemas (público, privado y obras sociales)", afirmó Cristina.

"Díganme: ¿hoy no está integrado a las patadas y la fuerza todo el sistema? Porque lo impuso la realidad, porque las prepagas no saben dónde colocar a la gente y van a lo público, y del público a lo privado", agregó la ex presidente.

Los cambios para las obras sociales que plantea el proyecto del Instituto Patria

 En el acto en La Plata estaba el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, uno de los impulsores del proyecto utilizado por Cristina para plantear la unificación del sistema sanitario.  

"Lo peor que le puede pasar a una sociedad o a un gobierno es negarse a discutir la realidad y las cosas evidentes. Tenemos que tener la valentía y la inteligencia de poder anticiparnos a lo que va venir. Y vamos a tener que discutir esta y otras cosas", completó Cristina en un mensaje dirigido a Alberto.

La idea planteada por Cristina en diciembre no avanzó por el duro rechazo de los sindicalistas que manejan las obras sociales y los empresarios de las prepagas, la mayoría de los cuales contaba con una relación muy fuerte con el entonces ministro de Salud, Ginés González García. El ex ministro jugó abiertamente a favor de ellos y mandó a rechazar el proyecto.

Ginés tenía el control de la Superintendencia de Servicios de Salud a través de un funcionario de su riñón, Eugenio Zanarini, quien salió a descalificar el proyecto de Cristina en un guiño a los gremios. Cristina quiso quedarse con el puesto de Zanarini, quien sin embargo resistió en el cargo incluso después de la salida de Ginés del gabinete. Pero en mayo Zanarini murió y el cargo quedó vacante.