México

Cuidado con la clase media

Las elecciones encendieron alarmas para la 4T en los centros urbanos. La incomodidad con la clase media emerge en el discurso de AMLO.

Esta vez no hubo tsunami. El resultado de la elección de medio término configuró un escenario de mayores equilibrios en San Lázaro, al tiempo que otorgó más gobernadores a la 4T. Unos comicios que obligan a leer con mucha atención el comportamiento de los votantes. Nadie lo ganó todo. Nadie tiene un cheque en blanco.

Los sorpresivos resultados en la elección de la Ciudad de México ocuparon gran parte del debate post-electoral. Y es comprensible por lo emblemático de este bastión histórico para el proyecto de López Obrador. El chilango es -o era- de los más férreos defensores del Presidente, casi a la altura de los tabasqueños.

Pero las inquietudes que se instalaron en Palacio Nacional parecen un poco más profundas que un revés en una sola ciudad. Alcanza con revisar el desempeño que tuvo Morena en distintos centros urbanos del país para comprender la incomodidad que ya emerge en el discurso del Presidente contra las clases medias, y que de algún modo incluye el argumento de la manipulación de los medios.

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¿En verdad el Presidente cree que los medios de comunicación son los responsables de una elección esquiva para el oficialismo en muchos de los centros urbanos del país? La relación de AMLO con la prensa siempre fue tensa, y quizás por eso se escuchó con cierta naturalidad su lectura sobre las derrotas en varias alcaldías de CDMX: "Los votantes fueron víctimas de una manipulación".

Hasta hace muy poco, antes del 2018, en Morena solía persistir la idea de que la ruralidad, los pueblos más alejados y desconectados, sin internet ni redes sociales, eran la tierra perfecta para el fraude de la entonces mafia del poder. "Frijol con gorgojo", caracterizaba AMLO a esa operación que se desplegaba para entregar despensas y dinero a cambio del voto. Ahora el problema se volvió la urbanidad.

El Presidente es un fiel creyente de la Teoría de la Aguja Hipodérmica, que fue desarrollada en las décadas del '20 y '30, entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Su objeto de estudio era la propaganda política en tiempos de guerra. Por eso la referencia permanente a Joseph Goebbels y su frase: "Una mentira que se repite mil veces se convierte en verdad".

Antes del 2018, en Morena solía persistir la idea de que la ruralidad, los pueblos más alejados y desconectados, sin internet ni redes sociales, eran la tierra perfecta para el fraude de la entonces mafia del poder. "Frijol con gorgojo", resumía AMLO. Ahora el problema se volvió la urbanidad

AMLO argumenta ahora que los citadinos se sientan en su auto, encienden la radio y desde allí escuchan una permanente catarata de mensajes negativos, todos en su contra, que los van moldeando para votar contra su proyecto. Se podría argumentar que en las últimas décadas esa teoría cayó en desuso, a tal punto que el propio AMLO aceptó que las redes sociales habían roto el cerco mediático. ¿O no?

Al occidente de la CDMX, ya sobre el Edomex, Morena también vivió una caída importante. Naucalpan, Cuautitlán, Atizapán, Tlalnepantla, todos estos municipios volvieron a manos de la oposición. Pasó lo mismo en Metepec y en Toluca, donde Morena gestionó desde 2018. Acaso la explicación se halle en malas gestiones locales. ¿O algo de la narrativa presidencial ya no penetra en esos electorados?

Hablar de Monterrey o de Guadalajara podría sesgar el análisis, pero no es un dato menor que Morena haya tenido una performance otra vez muy marginal en la pelea por esas alcaldías. La cuestión es que ese escenario se repite en muchas otras entidades. En Puebla Claudia Rivera fue arrollada por el PAN, y así quedó trunca su reelección. En Cuernavaca, Morena tampoco logró otro período de gestión. Muchos gobiernos locales no fueron refrendados.

Se dirá que Morena ganó 11 gubernaturas, y en efecto esa es una victoria indiscutible para el Presidente. Pero, otra vez, los datos de una elección tan interesante por sus matices permiten observar al interior de cada comicio algún dato revelador, que no habría que pasar por alto.

Durazo ganó Sonora, pero Hermosillo se perdió. Célida López gobernaba, y no consiguió reelegirse. Layda Sansores por fin será gobernadora de Campeche, pero Renato Sales tuvo un desempeño para el olvido en la capital. Morelia, Mérida, Chihuahua. Sobran ejemplos.

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Desde luego, también podrían mencionarse algunas victorias urbanas importantes: Ecatepec, Neza, Texcoco, Tijuana. "Esto es un problema de ingresos", argumentan en Morena. Lo cierto es que el fenómeno de la 4T en los grandes centros urbanos abrió un intenso debate en Palacio Nacional. ¿La clase media citadina ya está perdida? ¿Ahora es momento de concentrarse en los "más humildes"?

Es un dilema que otros presidentes de la región ya han sufrido. Gobiernos que buscan sacar a la mayor cantidad posible de ciudadanos de la pobreza -que sería algo parecido a engrosar la clase media- se enemistan con ese sector que empieza a tener nuevas demandas, planteos y exigencias.

¿La clase media citadina ya está perdida? La contradicción de gobiernos que quieren sacar ciudadanos de la pobreza -que sería algo parecido a engrosar la clase media- y al mismo tiempo se enemistan con ese sector que empieza a tener nuevas demandas

"Nosotros los peronistas tuvimos un duro aprendizaje. Hubo algunas prácticas de nuestro movimiento, en aquella Argentina difícil de los años '40 o '50, donde tal vez al que no pensaba como el gobierno -de Juan Domingo Perón- por ahí se lo estigmatizaba o se lo maltrataba verbalmente. Y esto creó por allí que algunos sectores de clase media, que habían surgido al calor del peronismo, hayan sido atrapados culturalmente por una maquinaria que finalmente los despreciaba y en el fondo para ellos solamente eran una pieza más".

La autocrítica de Cristina Kirchner quizás sea reveladora para AMLO, y para una militancia que metió en la misma bolsa de los "fifís" a los médicos que trabajan en el sector privado, y los dejó sin prioridad para las vacunas. O que a miles de empleados estatales de clase media -en nombre del combate a la corrupción- los corrió, les bajó los sueldos o los dejó sin aguinaldo.

La mejor versión electoral de AMLO se consiguió en 2018 con un discurso mesurado, con un evidente ensanchamiento de su base electoral, que sumó a las clases medias de todo el país. Un barco en el que parecía que cabían todos. Caer en la tentación de abroquelarse otra vez en una narrativa sólo amigable con el militante duro quizás sea efectivo para transitar el gobierno, pero planteará, más temprano que tarde, obstáculos para la sucesión. Las primeras señales aparecieron el domingo pasado.