Crisis en Colombia

Inversores mexicanos en Colombia ven a Duque sin reacción y temen un golpe

Compañías como Carso, Cemex y Bimbo tienen fuertes inversiones en el país sudamericano.

En las últimas horas se han disparado las conversaciones entre las matrices mexicanas y sus filiales en Colombia. La crisis que sacude al gobierno de Iván Duque alimenta los peores temores entre los inversores nacionales que ya hablan incluso de una salida militar al conflicto.

Compañías como Carso, Cemex, Gruma o Bimbo tienen fuertes intereses en el país sudamericano y no desean un quiebre de la institucionalidad. La especulación que crece en las últimas horas es que Duque puede ser víctima de un golpe militar ante la realidad de que no hay una salida electoral en el corto plazo.

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El gobierno colombiano es visto por los inversores como embarcado en un camino sin retorno, con nula capacidad de proponer un giro de acciones que logren atenuar el conflicto. Hoy martes en un corporativo de Santa Fe, en la CMDMX, analizaban un sondeo de hace tres semanas, encargada por una cámara empresaria colombiana, que indica que el 85% de los colombianos rechaza su sistema de partidos mientras que el 78% tiene mala opinión del Poder Ejecutivo.

A esto se agregan la salida del gabinete de la canciller Claudia Blum y la semana pasada del ministro de Economía Alberto Carrasquilla, dos actores que eran puntos de referencia para el empresariado extranjero. 

Compañías como Carso, Cemex, Gruma o Bimbo tienen fuertes intereses en el país sudamericano y no desean un quiebre de la institucionalidad

De momento las operaciones de las empresas mexicanas no aparecen afectadas de gravedad y no se maneja como opción la salida de los principales ejecutivos que operan en Colombia, algo que sí llegó a suceder en Venezuela.

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En mayo del año pasado Duque tuvo un conflicto frontal con el alto mando militar cuando la revista Semana reveló que el Ejército espiaba a funcionarios del gabinete presidencial, incluso al secretario privado del presidente.

El asunto se zanjó con la salida de once oficiales de alto rango pero, según los reportes que manejan en los corporativos mexicanos, ese movimiento dejó abierto un frente inconcluso, que ahora amenaza con resurgir.