Salud

Murió el funcionario de Ginés que controlaba las obras sociales y se abre la disputa por un cargo clave

Eugenio Zanarini era el titular de la Superintendencia de Servicios de Salud, un área crucial en el manejo de fondos.

El titular de Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), Eduardo Zanarini, falleció este martes en su casa delbarrio porteño de Caballito y dejó vacante un cargo clave para la política.

Zanarini era un hombre de extrema confianza del ex ministro Ginés González García y logró mantenerse en su cargo tras su salida del gobierno. Esto a pesar de que su sillón era disputado desde bastante antes del estallido del escándalo del vacunatorio VIP.

Aún no hay información oficial sobre elmotivo de la muerte de Zanarini, aunque desde su entorno indicaron que sufría problemas cardíacos desde hacía tiempo. A principios de año había sido internado por una descompensación vinculada a ese problema. Su última aparición pública fue el sábado pasado junto a Carla Vizzotti.

Alberto y los gremios resisten el desplazamiento del último funcionario de Ginés

Zanarini había logrado resistir a la salida de Ginés y sus funcionarios más cercanos mayormente porque contaba con el apoyo de los gremios para seguir manejando una caja que es crucial para las obras sociales y por donde pasan miles de millones de pesos. Como explicó LPO, Alberto Fernández se había alineado con los sindicatos en esta disputa.

Es que Zanarini estaba en la mira del kirchnerismo desde diciembre pasado, cuando Cristina Kirchner había pedido una reforma integral del sistema de salud. "Un sistema integrado único de salud es inviable", le respondió el titular de la SSS, en línea con el rechazo de Ginés y los gremios.

Tan en la mira estuvo Zanarini que sonó muy fuerte el nombre de Liliana Korenfeld como su reemplazante. Korenfeld ocupó la superintendencia durante la última presidencia de Cristina y ahora la vice le dio el manejo de la obra social del Congreso.

Ese rumor había encendido las alertas de la CGT, donde recuerdan a Korenfeld como la encargada de pisarles la transferencia de millones de pesos de las obras sociales en el segundo mandato de Cristina. Su desembarco, además, implicaría un aval muy fuerte a la reforma integral del sistema que los sindicalistas también rechazan.