México

Inquietud en la Casa Blanca ante una posible foto del Canciller de AMLO con Putin

Marcelo Ebrard viaja a Rusia en busca de vacunas y en plena confrontación entre Biden y el Kremlin. Un equilibrio delicado.

 El viaje del canciller Marcelo Ebrard a Rusia la semana que viene enciende alertas en el Departamento de Estado. Vladimir Putin se está convirtiendo en el principal enemigo de Washington y allí observan con cuidado cualquier tipo de acercamiento de México.

En Rusia Ebrard va a tener encuentros con el canciller Serguéi Lavrov pero en la Embajada de Estados Unidos en CDMX deslizan que están atentos a una eventual foto con Putin. Es la imagen que allí no desean porque expone el temor del Departamento de Estado: que Rusia utilice su producción de vacunas contra Covid-19 para incrementar su poder en la región. La geopolítica de las vacunas, como explicó el periodista Raymundo Riva Palacio en LPO.

En la Cancillería mexicana no confirman un eventual encuentro de Ebrard con Putin aunque tampoco lo quieren negar.

Esta semana Joe Biden se lanzó de lleno contra el Kremlin. Acusó a Rusia de una supuesta injerencia en la elección del 2016 que le dio el triunfo a Donald Trump, congeló cuentas de ciudadanos rusos en EU y anunció una batería de sanciones que tienen por finalidad aislar a Rusia de la comunidad financiera internacional.

Por cierto: la historia de la injerencia electoral toca a México. Supuestamente las granjas de bots rusos que operaron en favor de Trump en redes sociales funcionaban en territorio mexicano. No es una ficción. El secretario de Estado de Trump, Rex Tillerson, se lo confirmó a Luis Videgaray en una reunión en Los Pinos en febrero del 2018. El motivo de la advertencia era que esa misma operación podía ser funcionar a Andrés Manuel López Obrador.

No es solo el pasado. En los contactos de funcionarios mexicanos con el secretario de Estado Anthony Blinken se avisó al menos en dos ocasiones que así como China era el rival de Trump, Rusia es el de Biden y que hay que tener cuidado con incluir a empresas rusas en áreas estratégicas de la economía mexicana.

El caso más paradigmático en este sentido es el la compañía petrolera DEA que opera bloques obtenidos en la reforma energética. La empresa es alemana, con sede en Hamburgo pero la controla un fondo propiedad de un oligarca cercano a Putin.

Ebrard conoce estas percepciones y por eso la naturaleza de su gira, que en menos de 10 días apunta a visitar a los tres ejes de poder del mundo actual, casi como un intento que lo acerca a la figura del equilibrista en materia de relaciones internacionales.

Rusia le ha prometido 24 millones de vacunas a México pero solo ha despachado un millón. La duda que obnubila a la diplomacia estadounidense es sobre qué está dispuesto a ofrecer Ebrard para acelerar ese flujo.