Gobierno

No se olviden de Alberto

El presidente sigue dispuesto a pelearle el liderazgo a Cristina. Más allá del ruido mediático, la política.

"Un vacunado en cada familia", el objetivo tan módico como eficaz, forma parte del puñado de ideas que el Presidente acuña para defender su liderazgo de la coalición oficial.

Es un lugar común en los grandes medios presentar a Alberto Fernández como un hombre abrumado por Cristina Kirchner, resignado a ejercer el rol de gerente general de la accionista mayoritaria, que le impone cursos de acción contrarios a su temperamento. Puede que haya algo de eso, sobre todo en la parte que piensan y miran las cosas de distinto modo, pero la política real se suele llevarse mejor con los grises, que con las simplificaciones monocromáticas. O mejor dicho, en una coalición que recién empieza, acaso sea más interesante ver la evolución de la dialéctica del poder que anticipar finales.

En el gobierno se aferran a un dato: el Presidente sigue siendo el dirigente que mejor mide de los cuatro o cinco que integran la primera línea del Frente de Todos, sobre todo porque es el que tiene la imagen negativa más baja. Y apoyado en esos números, tiene previsto involucrarse de lleno en la campaña de las legislativas, con especial énfasis en la provincia de Buenos Aires. "Alberto va a liderar la campaña, en provincia mide más que Axel", comentan los albertistas.

No es una jugada inocente. Si el oficialismo gana la provincia, el domingo mostrarán ese resultado y dirán que ganaron la elección nacional. El guión ya está escrito. Lo que ahora empezó es la disputa por la paternidad de un triunfo que los peronistas consideran probable.

"Si ganamos en octubre, Alberto va a decir que ya son dos las elecciones que ganó y se va a parar en ese resultado para hacerse fuerte", explicó a LPO uno de los funcionarios que más habla de política con el Presidente.

El Gobierno tiene un plan simple para fortalecerse en la pulseada de poder interno: Alberto buscará liderar la campaña de la provincia y si ganan, dirá que ya son dos elecciones seguidas que ganó.

El eje de la campaña es simple: Vacunas y recuperación económica. La llegada de dosis empezó a tomar ritmo en las últimas semanas y en la Casa Rosada creen que el objetivo de un vacunado por familia para octubre es alcanzable.

La recuperación o rebote económico ya se siente en industria, campo y construcción. El comercio sigue muy castigado y con la segunda ola difícil que mejore. La cuenta es vidriosa, pero aún los economistas de Cambiemos reconocen que este año habrá un rebote de 5 a 7 puntos del producto, después del naufragio del 2020.

Pero la pelea no es esa. La discusión es interna y es el 2023. "Si no hay reelección para Alberto, el próximo presidente es Larreta", sintetizan en la Casa Rosada. Tiene su lógica: si el Gobierno llegó a tal nivel de fracaso que el Presidente no puede reelegir, la jugada de reemplazarlo por otro candidato oficial y retener el poder, asoma complicadísima.

¿Los aliados del Presidente? Los de siempre: gobernadores y un grupo de intendentes importantes del Conurbano. "La presidencia del PJ va a jugar un papel importante en nuestra estrategia", agrega otra de las fuentes consultadas.

En la discusión del 2023, que es la única discusión importante, el acuerdo con el FMI no es un detalle menor. "Sin acuerdo con el Fondo no tenemos futuro", se sinceró un funcionario y economista. Hay ruido, pero hasta Cristina quiere acordar, repiten en la Casa Rosada. "Ella dijo lo mismo que Alberto, sólo que con su estilo", simplifican.

Y esa es la novedad de esta situación, que a veces enreda algunos análisis. Hay tensión, hay por supuesto peleas de poder, pero por ahora los actores centrales de la coalición oficial tienen fresco un dato que les entregó la realidad: unidos volvieron al poder y como sintetizó un ministro: "Afuera hace mucho frío".