Mercosur

"Flexibilizar el Mercosur no tiene que ser un retroceso"

LPO conversó con el profesor de la Fundación Getulio Vargas, Paulo Ferraciolli, quien analizó pasado, presente y futuro del Mercosur a 30 años de su creación.

El Mercosur cumple 30 años en un momento que no es el mejor desde su fundación en 1991. La pandemia del coronavirus expuso la falta de articulación en un momento de urgencia y las diferencias ideológicas entre los gobiernos parecen haberse impuesto por sobre el pragmatismo. 

De todas formas, el elemento positivo dentro de una clima de desconexión profunda es que ninguno de los países miembros quiere dar un portazo y siguen eligiendo este espacio como el lugar natural de pertenencia. El origen del bloque se remonta al acuerdo Raúl Alfonsín-José Sarney de 1985 en un momento de la región en donde Argentina y Brasil estaban en plena regeneración institucional luego de las experiencias de las dictaduras. 

La rúbrica que puso primera en la experiencia mercosuriana fue de la mano Carlos Menem y Fernando Collor De Melo que, junto a sus pares de Uruguay y Paraguay pensaron el bloque como un espacio para potenciar el vínculo comercial con Estados Unidos y las potencias centrales. 

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El primer salto de calidad lo dio Fernando Henrique Cardoso con el lanzamiento, en el año 2000, del plan "Mas allá del comercio" que ponía a la integración en otra escala: la infraestructura. El argumento era que nuestros países no comerciaban más no por los aranceles sino por la falta de puentes, rutas, comunicaciones. Ahí surge la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana.

La década de gobiernos progresistas o populistas incorporó un perfil geopolítico en el cual, mediante un regionalismo proteccionista, se priorizó la negociación en bloque impidiendo cualquier tipo de acuerdo de libre comercio por fuera. Esto agudizó las asimetrías entre las economías de Argentina y Brasil respecto de las otras y aumentó las tensiones. 

El primer salto de calidad lo dio Fernando Henrique Cardoso con el lanzamiento, en el año 2000, del plan "Mas allá del comercio" que ponía a la integración en otra escala: la infraestructura

El eje Néstor/Cristina y Lula/Dilma puso el foco en el Mercosur como bloque económico en un mundo multipolar. La incorporación de Venezuela en 2021 fue parte de esa estrategia. 

El fin de ciclo progresistas trajo gobiernos con mirada más cercana al aperturismo. Mauricio Macri y Michel Temer coincidieron en flexibilizar el Mercosur y abrir el juego a tratados de libre comercio pero nunca lograron avanzar en un esquema de implementación. 

Bolsonaro intentó patear el tablero pero solo fueron amenazas y el debate giró en torno al mismo tema: cómo y cuando se avanza en la flexibilización. La llegada de Alberto a la Rosada postergó la discusión para dejarla en punto muerto a pesar tener acordados tratados de libre comercio con Corea del Sur, Singapur y Unión Europea, este último frenado por Francia y Alemania por diferencias con la política ambiental de Bolsonaro.

LPO conversó con el profesor de la Fundación Getulio Vargas de Brasil, Paulo Ferracioli, quien sostuvo que "larga historia del Mercosur es muy rica y resolvió todo tipo de situaciones como problemas nucleares, en donde  había una disputa y Brasil y Argentina llegaron a un acuerdo para implementar mecanismos de control.

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Para el especialista brasileño, el bloque tuvo un primer momento de fuerte impulso comercial pero luego los países se encontraron con dificultades y situaciones de inestabilidad. "Los problemas de los países del Mercosur tiene que ser resueltos como cuando Alemania contribuye a la recuperación de un miembro de la Unión Europea pero, claro, Brasil no es Alemania, tiene dificultades como las tiene Argentina". 

Sobre el presente, Ferraciolli planteó que "en este momento hay tres problemas muy serios. La crisis mundial provocada por la pandemia que están afectado con mucha fuerza a Brasil y Argentina, los problemas interno de cada unos de los países y el peor de todos, la pésima relación entre los países por una cuestión política". "Hay que discutir estas cuestiones para pensar el futuro. No se puede construir mirando el pasado, las estructuras de 1991 no sirven para pensar el mundo de hoy", agregó. 

El tema de fondo en la falta de consensos para la reforma del arancel común externo que termina chocando con los gobiernos que no quieren perjudicar a sus industrias. Al respecto, el profesor de la Fundación Getulio Vargas reflexionó: "¿Es posible tener un arancel externo común y una unión aduanera mejor? Yo creo que sí, hay que pensar en flexibilizar eso. Parece algo técnico pero no lo es, cada país tiene que poder hacer acuerdos por fuera del bloque. La política tiene que poder superar esas diferencias". 

En esa línea, añadió: "Es posible mantener la union aduanera con flexibilidades y tarifas diferenciales teniendo en cuenta la matriz diferentes de los países. La idea de Union Aduanera Imperfecta es una adaptación necesaria para países en desarrollo y diferentes entre sí. Por eso creo que "flexibilizar el Mercosur no tiene que ser un retroceso sino una evolución para insertarse en el mundo". "¿Cuántas uniones aduaneras existen? La gran mayoría de acuerdos comerciales son de libre comercio en donde todos tiene la posibilidad de hacer sus propios acuerdos", remarcó.  

¿Es posible tener un arancel externo común y una unión aduanera mejor? Yo creo que sí, hay que pensar en flexibilizar eso. Parece algo técnico pero no lo es, cada país tiene que poder hacer acuerdos por fuera del bloque. La política tiene que poder superar esas diferencias

Para Ferraciolli esto "no necesariamente implica volverse una zona de libre comercio. Hay que encontrar una solución política intermedia entre una unión aduanera y una zona de libre comercio. Puede ser una zona de libre comercio con reglas que no afecten los comercios entre los países". "Hay que negociar, cumplir las reglas pero al mismo tiempo resolver. Si Europa flexibilizó, no veo porqué nosotros no. Hay que construir nuevas salidas y para eso hay que dialogar. La realidad nos impone cambiar", finalizó el académico. 

El aniversario 30 del Mercosur llega en una situación de empate hegemónico y parálisis en donde la principal apuesta es lograr los contrapesos para que nadie logre imponer su voluntad.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China es un factor importante. Por un lado, el gigante asiático es el principal socio de la region pero el vínculo de Paraguay con Taiwan obstaculiza cualquier tipo de entendimiento a nivel bloque. Mientras tanto, como lo reveló LPO, se están realizando intentos para seducir a Estados Unidos y poder construir una relación más virtuosa. 

 Mientras tanto, Argentina hace equilibrio y espera el ingreso de Bolivia para poder patear para adelante muchos acuerdos de libre de comercio que más temprano que tarde se terminaran concretando.