Seguridad

Impacta en el peronismo la sintonía de Santilli y Berni y hablan de un "acuerdo de posicionamiento"

Los dos tienen un proyecto político en la provincia de Buenos Aires. Berni de manera deliberada levantó al vicejefe de Larreta y excluyó a los funcionarios de Alberto.

La audacia de Sergio Berni no es novedad, basta recordar que hace apenas semanas intentó presentar una lista para disputarle la presidencia del PJ nacional a Alberto Fernández. Pero la cola del caso Maia dejó rastros de una operación política más sofisticada.

En el peronismo bonaerense sostienen que Berni acordó con Diego Santilli una alianza de posicionamiento mutuo, entendimiento en el que fue clave el trabajo del eficiente Carlos Montaña, un conocedor de los hilos profundos de la política. Lo bien que funcionó ese acuerdo se vio en el rescate de Maia, donde ofrecieron la imagen de trabajo conjunto que presuponen espera la sociedad de sus funcionarios.

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Montaña fue funcionario de Berni cuando empezó a descollar en el primer kirchnerismo como el hombre encargado de administrar las tensiones de los grupos piqueteros, bajo el paraguas del Ministerio de Desarrollo Social que conducía Alicia Kirchner.

Luego durante los cuatro años de Macri trabajó en el Ceamse en línea directa con Santilli, que ya empezaba a consolidarse como el dirigente más importante de Rodríguez Larreta, superando viejas desconfianzas.

Carlos Montaña es la pieza clave en el entendimiento de Santilli y Berni. Dirigente que conoce los hilos profundos de la política, estuvo con el ministro bonaerense en Desarrollo Social y ahora en Seguridad y con Santilli en el Ceamse.

Con el regreso del peronismo al poder, Montagna volvió a trabajar con Berni y hoy funciona en los hechos como la mano derecha del ministro de Seguridad bonaerense.

El caso Maia fue la foto exacta del nivel de acuerdo político que hay entre Santilli y Berni, donde la provincia de Buenos Aires es el territorio compartido. El vice de Larreta es hoy uno de los tres dirigentes del PRO con mejor imagen del partido, está lanzado a un proyecto de construcción de poder en la provincia y a diferencia de otros competidores internos y externos, tiene un rol institucional y un manejo de poder y recursos en la Ciudad -donde maneja las áreas de Gobierno, Seguridad y Deportes-, que lo terminaron convirtiendo en un peso pesado.

"El acuerdo de Santilli con Berni, en un punto de intersección peronista desde dos espacios enfrentados, es muy interesante por lo que proyecta", afirmó a LPO una fuente al tanto de las conversaciones.

Santilli en el acto en Lanús junto al peronista Diego Kravetz.

Santilli en la provincia de Buenos Aires está construyendo con el PRO, pero con especial énfasis en los dirigentes que provienen del peronismo como Diego Kravetz, sucesor designado de Néstor Grindetti en Lanús. Bajo el sello "Hacemos", el vicejefe encontró una plataforma para sumar peronistas, una tarea ineludible si se quiere construir con alguna chance de éxito en el territorio bonaerense.

Montaña no es ajeno a los dirigentes peronistas que merodean ese espacio y como dirigente de Independiente, también fue clave en la transición entre el macrista Cristian Ritondo y Berni. Ritondo tiene una actuación importante en la vida política del Rojo y es un eterno candidato a presidir el club.

Pichetto y De la Torre lanzaron el peronismo anti K y buscan sumar referentes del PJ

Estos vasos comunicantes en la provincia de Buenos Aires entre el ala más peronista del PRO y el sector más de centroderecha del peronismo es un fenómeno que se expande y que tienen derivadas profundas. Sucede con el armado de Emilio Monzó que se toca con Florencio Randazzo y con el armado de Joaquín de la Torre y Miguel Pichetto, que en el cierre de su acto de lanzamiento terminaron cantando la misma marcha que entonan en los actos del Frente de Todos.

Como sea, la audacia de la jugada Berni escenificó en el ataque al segundo de la ministra Sabina Frederic, mientras se mostraba a los abrazos con Santilli y su secretario de Seguridad, Marcelo Dalessandro, impactó en el peronismo bonaerense y causó una profunda inquietud tanto en Axel Kicillof como en Alberto Fernández.