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Cambiemos abandonó el debate de Ganancias porque un dirigente de Camioneros atacó a Macri

Mariano Sánchez consideró "una vergüenza" que el frente opositor pida modificaciones cuando en su gobierno hubo más trabajadores que pagaron. Reclaman más deducciones y hasta un cupo fiscal.

Los dirigentes sindicales expusieron este viernes en Diputados sobre la ley que elimina el pago del impuesto a las Ganancias a quienes perciban 150 mil pesos, en un accidentado plenario de comisiones que tuvo la desconexión de la mayoría de los integrantes de Cambiemos en repudio a las críticas de un representante del sindicato de Camioneros al gobierno de Mauricio Macri. 

"En lugar de expresarse sobre el proyecto, vinieron a atacar a la oposición agrediendo y burlándose de nuestros diputados con el estímulo de las autoridades de la Comisión. Quienes preferimos resguardar la dignidad de nuestra investidura debimos retirarnos", explicó a LPO la diputada Carmen Polledo, del PRO.

Polledo y sus pares desaparecieron del zoom cuando Mariano Sánchez, asesor impositivo del gremio de Hugo y Pablo Moyano, le reprochó al ex presidente haber prometido en campaña que los trabajadores no pagarían ganancias y aún así permitir que un millón más quedaran alcanzados por el impuesto.

"Es vergonzoso que hayan salido con un proyecto para incrementar el mínimo no imponible a 500.000 pesos, cuando durante cuatro años no hicieron nada", los acusó. Fue después de un duro comienzo en el que acusó a Macri de hacer un gobierno "neoliberal" que ni habría que nombrar, de "perseguir" a sus dirigentes y aplicar mejoras en Ganancias por decreto poco antes de irse del Gobierno y "hacer un desastre".

Los diputados de Cambiemos se pisaban entre ellos para protestar y no lo dejaban seguir. "No es la opinión de un dirigente sindical: es una opinión política", los interpretó a todos Javier Campos, de la Coalición Cívica. 

Martin Medina, del PRO, reclamaba a gritos que apareciera Moyano; y José Luis Gioja intervenía desde San Juan para que dejaran terminar a Sánchez. Carlos Heller y Vanesa Siley, a cargo del plenario, tardaron en reaccionar pero lograron que el referente camionero se despidiera. "Hay que corregir algunas cuestiones pero es un gran avance", se despidió.

Las ventanas de Cambiemos se apagaron de golpe, aunque los radicales Facundo Suárez Lastra y Albor Cantard, se quedaron.  El primero habló antes que terminara la sesión para confirmar que sus pares no habían escuchado a los gremialistas.  

"No se puede permitir la prepotencia, que pretenden silenciar o levantar la voz frente a un representante de una organización sindical", se quejó Hugo Yasky, que habló en su doble condición de diputado y secretario general de la CTA. 

Celebró el retroactivo a enero de la ley y anticipó que eso traerá entre 15 y 18 mil millones de pesos extras a los hogares. Solicitó deducir gastos de atención maternal, horas extras y aguinaldo, que ya fue prometido. "Es imposible que un diputado del pueblo pueda votar en contra de esta ley". 

Con menos referencias al pasado, el resto de los sindicalistas festejaron la ley y pidieron sumar sus particularidades, algunas muy curiosas, como la de Foetra, el gremio de los telefónicos. 

Es vergonzoso que ayer hayan salido con un proyecto para incrementar el mínimo no imponible a 500.000 pesos, cuando durante cuatro años no hicieron nada

Con un promedio de 123 mil pesos, su secretario general, Claudio Marín, contó que todos sus trabajadores pagan el impuesto y cuando les liquidan el premio anual le descuentan mucho más. "Es un gasto anual pero se devenga una vez", explicó.

El plenario lo había abierto Carlos Acuña, del gremio de estacioneros de servicio, con un reclamo a mejorar los salarios. "Durante el anterior Gobierno el combustible subió un 350% y el trabajador cobra 150% más.  Necesitamos una distribución de riqueza equilibrada". 

Recién al final, el secretario general de la CGT Héctor Daer pidió que las horas extras sean al menos contempladas como deducción mientras dure el Covid. "Sé que las leyes no se hacen para determinada coyuntura sino a largo plazo, pero hay trabajadores que sobrecargan sus horarios laborales en esta etapa de pandemia, producto de que otros permanecen aislados, se han contagiado, no pueden concurrir o están dispensados de prestar tareas por patologías preexistentes".

José Palazzo, de La Bancaria, consideró un avance el proyecto aunque insistió que en los trabajadores no deben pagar Ganancias. Solicitó evitar "un solapamiento" entre el que va a pagar y el que no, situación que podría darse porque el proyecto no toca las escalas, sino que pone un tope para comenzar a pagar.  

"Hay que contemplar excepciones para que quienes no cobran 150 mil no pasen ese número y ganen menso que gente está por debajo", pidió y dio el caso de cajeros que son sancionados, cobra menos y se le aplica el impuesto sobre el ingreso original. Se sumó al reclamo para sumar gastos de guardería. 

Ricardo Peidró, de la CTA, también llamó la atención sobre la inmovilidad de escalas "que puede hacer que se empiece a pagar desde las categorías más altas. Nuestra postura histórica es que el salario no es Ganancia".

Gabriel Amichetti, de los gráficos, reclamó una reforma tributaria integral; y Pablo Flores, de la AEFIP, sorprendió con una propuesta de "cupo fiscal" de hasta 300 mil pesos anuales en gastos de consumo para deducir de ganancias. 

Roberto Baradel, del sindicato de docentes bonaerenses (Suteba), señaló que además de la deducción por residencia en la Patagonia se deben contemplar gastos en otras zonas desfavorables, como de frontera, además de deducciones por gastos en formación y alquileres, que serían tomados en cuenta en la reglamentación de la AFIP.