Tensión entre Guzmán y Español por la multa a las empresas
La decisión de Paula Español de multar a las empresas de consumo masivo a solo seis días de que aplaudieran a Guzmán cayó como un balde de agua fría en el Ministerio de Economía. Al fin y al cabo, el ministro había logrado un acercamiento con sectores que le son esquivos para empezar a abordar una coordinación en las expectativas para contener la inflación.
En este sentido, la política económica de Alberto Fernández no deja de dar cuenta de que se trata de un gobierno de coalición en el que muchas veces las diferencias no se resuelven puertas adentro. Solo por poner un ejemplo, ya había sucedido con las automotrices que, en reuniones con funcionarios, trabajaban en la articulación para la dinamización de las exportaciones y, por otro lado, les notificaron la suba de las retenciones.
El Gobierno manda 20 mil piqueteros a controlar precios a los supermercados
Por eso, fuentes cercanas al Gobierno apuntan a que se trató de una señal del Instituto Patria que mostrara al gobierno como implacable con las empresas y se reeditaba la pulseada con "los formadores de precios".
Español, ex secretaria de Comercio Exterior del gobierno de Cristina, es más cercana al Patria que Kulfas y que Guzmán, pero enfrentaba cuestionamientos por encapsularse y no comunicar, o por demorar en responder ante la suba de los alimentos y no ser contundente. Al fin y al cabo, ocupa el cargo que en su momento ejerció Guillermo Moreno y los que adscriben a la idea de que la inflación es culpa de un puñado de empresarios codiciosos reclaman sanciones más vehementes.
Así, el 17 de febrero la Secretaría de Comercio Interior, a través de la Subsecretaria de Acciones para la Defensa de las y los Consumidores (SSADC), imputó a once empresas de consumo masivo por no incrementar la producción al tope de la capacidad instalada para la implementación del programa Precios Máximos. Hasta ahora, lo más visible de su gestión había sido la coordinación con intendentes para controlar precios en supermercados de todo el país. A lo que se suma el supuesto envío de 20 mil piqueteros a los supermercados a controlar los precios.
Guzmán, en cambio, entiende que la inflación depende de las expectativas del conjunto de los actores económicos y por eso busca una coordinación a la baja de todos los precios, empezando por el que más condiciona la conducta de los argentinos: el dólar. Por eso, primero se midió -cepo mediante- con el mercado de futuros, mostró que el dólar cerraba en diciembre en el rango que él fijaba y puso como pauta para 2021 que el dólar suba 25% para que la inflación no se exceda del 30% sin generar problemas de atraso cambiario.
Desde este enfoque, el patrullaje de precios y el amedrentamiento a empresarios no es una política antiinflacionaria efectiva.
En el entorno del ministro replicaron el estilo neutro de Guzmán y aseguraron a este medio que, si le molestó la decisión de Paula Español o no, no iba a manifestarlo. Pero otras fuentes sí lo corroboraron.
En el sector empresario, la idea de que estén jugando a ser uno el "policía bueno" y la otra el "policía malo" es una estrategia inconducente. El reclamo es por un horizonte de previsibilidad, seguridad jurídica y estabilidad macro para invertir donde vean oportunidades de ganancias y de desarrollo.