Maiz

Una entidad del campo cuestionó al Consejo Agroindustrial: "Se adjudica representaciones de las que carece"

CRA puso en duda su continuidad en la organización que negoció con el gobierno aliviar el cierre a las exportaciones de maíz.

El liderazgo que tomó el flamante Consejo Agroindustrial en las negociaciones con el gobierno luego del cierre de las exportaciones del maíz, comenzó a generar malestar en el sector. Confederaciones Rurales (CRA), la entidad más crítica del Gobierno, cuestionó los acuerdos alcanzados por el consejo que lidera Gustavo Idígoras, presidente de la cámara de aceiteros y exportadores de cereales (CIARA) con buenos vínculos con el oficialismo.

"Que no se adjudique representaciones de las que carece y no convalide en nombre de la producción primaria, cupos, permisos, cuotas o cualquier otro artilugio que genere distorsión en los mercados que deben operar por la oferta y la demanda", advirtió CRA.

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"El Gobierno nunca, en estos días, recibió a CRA, y canalizó toda la gestión con el Consejo Agroindustrial, entidad mayoritariamente compuesta por el sector comercial de granos y con supuestos beneficiarios del cierre de exportaciones", agregó la entidad.

El Gobierno nunca, en estos días, recibió a CRA, y canalizó toda la gestión con el Consejo Agroindustrial, entidad mayoritariamente compuesta por el sector comercial de granos y con supuestos beneficiarios del cierre de exportaciones.

La primer parte de la frase apunta a CIARA y la segunda al presidente del Centro de Empresas Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, mencionado como el lobbista ante el Gobierno para que, a partir del cierre de exportaciones, las compañías polleras compren maíz más barato.

Los más activos del Consejo Agroindustrial son, además de Idigoras y Domenech, José Martins (Bolsa de Cereales) y Diego Cifarelli (FAIM).

Domenech es un histórico representante del sector avícola con nutridos contactos con el Peronismo. Entre 2007 y 2011 ese sector se vio beneficiado por el esquema de compensaciones y la intervención al mercado de maíz que perjudicó a los productores.

En 2015, en tanto, Domenech fue el elegido de Aníbal Fernández para ser ministro de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires si ganaba las elecciones. En el sector el empresario es reconocido por su capacidad de lobby con los sectores de poder.

Alberto Fernández y el ministro Basterra en Olivos con los directivos del Consejo Agroindustrial.

Como sea, el tema es que CRA -al igual que Federación Agraria, Coninagro y otras 52 entidades, asociaciones y cámaras del sector- integran el Consejo Agroindustrial que se creó con el objetivo de ejecutar un plan que aumente la producción y las exportaciones.

En la entidad que conduce el entrerriano Jorge Chemes hay fuertes cuestionamientos internos y algunos insisten en tomar el camino que adoptó el presidente de la Sociedad Rural (SRA), Daniel Pelegrina, de no formar parte del Consejo Agroindustrial.

A Pelegrina esa decisión le costó críticas en su entidad. Los productores nucleados en Movimiento Compromiso Federal plantearon en su momento la necesidad de conformar esa organización para impulsar cambios desde adentro, a pesar de las diferencias.

Coninagro no se suma al paro del campo y parte la Mesa de Enlace

Así las cosas, la Mesa de Enlace volvió a quedar desdibujada ante los productores por la decisión de Coninagro de rechazar el paro. Los autoconvocados pidieron reemplazar a la entidad cooperativa apuntando a los vínculos de ACA y AFA con el oficialismo.

El Gobierno, consciente de las divisiones en el sector, eligió negociar con el Consejo Agroindustrial con el objetivo de aislar y marginar políticamente a la Mesa de Enlace.

El Gobierno, consciente de esta situación, sentó en la mesa de negociaciones con el sector al Consejo Agroindustrial con el objetivo de aislar y marginar políticamente a la Mesa de Enlace que viene trabajando en medio de las divisiones recién mencionadas.

Fue en ese ámbito, justamente, en el que se consiguió que la Casa Rosada diera marcha atrás, primero, con el cierre de exportaciones de maíz y, luego, con el cepo a los envíos al exterior a través de un cupo diario máximo de apenas 30.000 toneladas.

Estas últimas dos idas y vueltas dejaron mal parado al ministro de Agricultura, Luis Basterra, aunque marcan, si se quiere, un cambio de estilo respecto al gobierno de Cristina Kirchner en el cual se profundizaban las decisiones y los conflictos.