Senado

Los cuatro votos decisivos que esperan los verdes para sancionar la ley del aborto

El rionegrino Weretilneck acompañaría con promesas de correcciones, tras un llamado del presidente. También Leavy, que se quedó en Salta. Los otros son entrerrianos Olalla y Kueider, que votó el dictamen.

En la tarde de este lunes, los senadores celestes, como se conoce a los que rechazan la ley del aborto, tuvieron su último zoom para intercambiar poroteos sobre la sesión del martes 29 y el panorama no fue el mejor. Contabilizaron 34 votos a favor, tres menos que la mayoría propia, pero con dos dudosos y por razones diferentes, como Carlos Menem y el salteño Sergio Levay.

El ex presidente se mantiene en coma inducido y nadie puede garantizar que su hija Zulemita digite su votación. Leavy, como relató LPO, había anticipado que podría revisar su voto después de un pedido de Alberto Fernández, durante una audiencia que le concedió minutos después que se negara a firmar dictamen de la ley. 

Golpeado por las marchas de grupos Provida de Salta, Leavy no viajó a Buenos Aires, sesionará de modo remoto y aunque no volvió a hablar sí lo hicieron por él:  el presidente del partido de la Victoria de la provincia, José Vilarino, aprobó un documento pidiéndole votar a favor, para "evitar más muertes" y  "clandestinidad", en "los sectores más vulnerables de la sociedad". 

El comunicado se conoció por la noche y unas horas antes los verdes habían garantizado el voto de otro de los dubitativos: el rionegrino Alberto Weretilneck, con un monobloque pero aliado habitual del oficialismo, que estaría dispuesto a votar a favor después de una charla que mantuvo con sus colaboradores y una citación a la Casa Rosada para reunirse con el presidente. No sería el único en darse una vuelta por el despacho del jefe de Estado según comentaban en el Senado. 

Sergio Levay. 

Como adelantó LPO, el ex gobernador se conforma con que al menos una parte de sus reclamos se contemplen en una futura reglamentación y evitar así hacer correcciones que obliguen a retomar el debate a Diputados. Claro que ese trámite depende del Ejecutivo y el presidente debería darla garantías. 

Con su aporte y el de Leavy, los verdes ratifican 35 votos, dos más que los celestes, claro que estos suman a Menem. El catamarqueño Oscar Castillo, de la UCR, que no firmó el dictamen, lo cuentan acompañando la ley como hizo hace dos años, aunque más de uno no se anima a poner las manos en el fuego por él sobre todo si la sanción es un hecho. En esa dinámica de especulaciones está el Senado y con la tensión de que los dos principales bloques votan divididos casi en partes iguales. En el Frente de Todos hay un puñado más a favor y en Cambiemos en contra. 

Las verdes creen que tienen los votos para sancionar la ley del aborto, pero no se confían 

Los otros indecisos son la dupla entrerriana Stella Olalla y Edgardo Kueider, de la UCR y el Frente de Todos, que desojaron la margarita desde que la ley se presentó en Diputados, pero fuentes parlamentarias señalaban esta tarde que se inclinan por votar a favor. Kueider firmó el dictamen en disidencia y forma parte de los poroteos verdes desde hace varias semanas. 

Olalla siempre se mantuvo entre los indecisos pero no evitó decenas de peregrinaciones a su domicilio. Su declaración a favor de la "despenalización" del aborto durante la campaña sigue siendo el eje de su voto. "Fue docente muchos años, se rige por la experiencia y no quiere dejar las cosas como están", explican sus compañeros de bloque que la anotan a favor. 

Edgardo  Kueider.

Aun con este escenario, entre los verdes nadie se atreve a cantar victoria. "Seguimos construyendo y somos positivos pero realmente hay mucha presión y mucha estrategia de varios senadores y eso al momento de apretar el botón se puede complicar", sostuvo una de las senadoras encargada de los poroteos.

Para garantizar la ley se requieren 37 votos, pero con dos ausencias casi seguras (Menem y el tucumano José Alperovich) puede alcanzarse la mayoría con uno menos, pero hace falta que los 34 restantes no coordinen para desconectarse al momento de votar y dejen la sesión sin quórum. De ahí que conversos como Leavy pueden ayudar de muchas maneras. 

La otra variante son las abstenciones, que le permiten a un senador ausentarse de la votación, aunque en ese caso no colaboran con el quórum. Sería el camino elegido por la neuquina Lucila Crexell, del interbloque federal, quien cuando Alberto anunció el proyecto dijo que pensaba acompañar, pero pidió cambios que no le concedieron y apagó los teléfonos. 

  Stella Olalla.  

Así las cosas, entre los celestes había este lunes preocupación y hasta existieron llamados a los obispos para que presionen a sus coterráneos. El santafesino Roberto Mirabella recibió varias visitas del rafaelino Luis Fernández, pero en su entorno aseguran que acompañará. Con la cancha inclinada en contra hubo quienes pedían una gestión con el Papa Francisco pero nadie podía confirmar si se habían materializado. 

La sesión comenzará a la 16 y se extenderá entre 10 y 12 horas, por lo que la votación sería de madrugada, tal vez en simultáneo con la ley de movilidad previsional que tratará Diputados y también sería ley. Puede ser una buena despedida de año para el presidente.