Rosario

Los concejales de Rosario le traban a Coto un proyecto de dos mega torres estilo Dubai

Las dos torres de 131 metros de altura necesita aprobación del Concejo Municipal pero ninguno de sus integrantes lo defiende.

La construcción de dos edificios torres de lujo con pretensiones de emiratos árabes que pretende levantar el supermercadista Alfredo Coto en los ex terrenos de la Yerbatera Martin de Rosario, podría quedar olvidado en un cajón del Concejo Municipal. A pesar del empuje que le dieron los arquitectos del proyecto, ningún edil se anima a impulsar su tratamiento.

El expediente ingresó al Concejo a fines del año pasado, durante las últimas semanas de la gestión de Mónica Fein cuando el socialismo debía desalojar el poder de Rosario después de gobernarla durante 30 años. "El proyecto estaba flojo de papeles", reconoció a LPO un edil de la oposición que integra la Comisión de Planeamiento.

Desde el Ejecutivo no dieron señales de querer apalancar el proyecto. El intendente Pablo Javkin cuenta con un solo concejal y el socialismo tiene en carpeta varios expedientes, el de Coto no pareciera ser una prioridad. Aunque se calcula que el proyecto requiere una inversión de varios millones, fuentes cercanas al supermercadista se negaron a adelantar la cifra al ser consultados por este medio.

El socialismo rechaza los negocios inmobiliarios que impulsa Javkin y pone en crisis el gobierno

El terreno en el que Coto quiere edificar tiene su historia en Rosario. Allí, la familia Martin levantó los almacenes para el acopio y distribución de la yerba que producían en Misiones que funcionaron durante 60 años. Tras el fallecimiento de los primeros dueños, el terreno estuvo afectado a un largo litigio familiar por el reparto de la herencia hasta los principios años de la década del ‘90 cuando Coto logra comprarlos.

El predio está ubicado sobre las barrancas del Parque Urquiza, con una privilegiada vista al río Paraná y sus islas y a metros del Parque Nacional a la Bandera y le dio nombre al barrio Martin, uno de los más atractivos de la ciudad.

Lo que en un principio iba a convertirse en un gran complejo comercial y viviendas, en el 2006, Coto cambió de planes y consiguió la aprobación del Concejo Municipal para construir cinco edificios.

El convenio inicial autorizó a Coto construir hasta 20 pisos, pero ahora el proyecto contempla dos torres gigantes en forma de vela de 36 pisos cada una, que con la sala de máquinas llegan a los 136 metros.

En ese entonces, a través de la Ordenanza 8081 del "Convenio de Autolimitación" se le autorizó como altura límite hasta los 57 metros sobre el basamento y un máximo de 20 pisos. Pero ahora, el proyecto del supermercadista volvió a redefinirse y pretende levantar dos torres gigantes de 36 pisos cada una llegando a los 120 metros y a los 131 con sala de máquinas y ascensores.

Render de las torres que planea construir Coto.

Los arquitectos Rodolfo Miani, del estudio porteño BMA y Rubén Polano de Coto Cicsa, junto a la apoderada de la firma Gensar en Rosario, Alicia Ferreyra fueron los encargados de explicar y responder las preguntas de los concejales de la Comisión de Planeamiento donde precisaron que en acuerdo con el intendente Pablo Javkin, se destinaba el 40 por ciento del terreno para el uso público.

Entre las dudas que genera tamaño emprendimiento, los concejales plantearon el impacto en los servicios de luz, agua, cloacas y gas que demandarán las torres, como también evaluar el régimen de vientos, visuales, de densidad poblacional y proyección de sombras, entre otras incidencias, enumeraron arquitectos especializados en urbanismo que hablaron con LPO.

El crecimiento sostenido

El mega emprendimiento da cuenta de un proceso de transformación que vivió la ciudad de Rosario en las últimas dos décadas con el impactante crecimiento del mercado inmobiliario que consolidó a la ciudad en el segundo lugar en el ranking de inversiones edilicias, por debajo de CABA, convirtiéndola en una de las plazas más rentables del país, con precios que superan a los de Miami en las zonas más exclusivas.

¿Qué factores se encadenaron para que Rosario se convierta en una seductora plaza de negocios inmobiliarios? Para responder esta pregunta, es insoslayable destacar la ubicación de la ciudad y no solo por su magnífico balcón al río Paraná de toda su costa este sino el lugar central que ocupa en el comercio y la logística de los negocios agroexportadores.

Es que el boom inmobiliario que comenzó hace 18 años, no se entienden sin la revolución tecnológica agrícola y la expansión (cuantitativa y cualitativa) en la producción granaria y sus derivados que permitió excedentes extraordinarios en toda la región.

A diferencia de lo que ocurrió en Estados Unidos o España donde el mercado inmobiliario se alimentó de una burbuja financiera gigante que terminó explotando, en Rosario se hizo con fondos cien por ciento genuinos.

Solo en la Universidad Nacional de Rosario aglutina a unos 100 mil estudiantes entre carreras de grado y posgrado de los cuales más de 45 mil provienen de localidades aledañas y a ello hay que sumar los que estudian en las instituciones privadas.

"Para albergar a esos estudiantes necesitas unas 27 mil unidades de departamentos, el equivalente entre 400 y 600 edificios, son 3.500 metros cuadrados; 700 millones de dólares volcados a la producción solo en costo del edificio", explicó en diálogo con LPO el arquitecto Gabriel Redolfi, presidente de MSR Constructora, una empresa que levantó más de 65 edificios en la ciudad.

Para el desarrollador, gran parte del excedente productivo de la región se tradujo en inversiones en la ciudad, un polo de 300 kilómetros a la redonda de una de las tierras más fértiles del mundo.

"A diferencia de lo que ocurrió en Estados Unidos o España donde el mercado inmobiliario se alimentó de una burbuja financiera gigante que terminó explotando, en Rosario se hizo con fondos 100% genuinos", reflexionó Redolfi.

Para el empresario, el mercado inmobiliario se nutrió, principalmente, de inversiones de industriales, productores agropecuarios, metalmecánica y comerciantes a la vez que las constructoras locales se consolidaron en sus desarrollos muy sólidamente.

"El núcleo de empresas de Rosario que nos dedicamos a la construcción fuimos muy responsables y volvimos a reinvertir. Hay muy pocas experiencias de algunas firmas que llegaron de Buenos Aires y tuvieron problemas o fallaron pero los proyectos que emprendieron las empresas locales la gran mayoría fueron exitosos, eso generó un mercado confiable", concluyó Redolfi.