El embajador de EEUU en Berlín negocia una reunión de Trump con Maduro si los republicanos reeligen
El embajador de Estados Unidos ante Alemania, Richard Grenell, estuvo la semana pasada en Ciudad de México para reunirse con Jorge Rodríguez, un dirigente bolivariano cercano a Nicolás Maduro. El encuentro fue revelado por la agencia Bloomberg, que también informó que el motivo de la reunión era la salida de Maduro del poder en Venezuela.
Sin embargo, según pudo conocer LPO, el motivo del encuentro fue pautar para los primeros días de diciembre un encuentro entre Donald Trump y Maduro. Esto siempre y cuando los republicanos retengan la Casa Blanca.
La sede de la cumbre, se acordó, sería México con lo cual Trump le devolvería la cortesía a Andrés Manuel López Obrador y lo visitaría en la víspera de la campaña para las elecciones de medio termino. Otra opción para el escenario de la cita serían los países europeos del denominado "grupo de contacto".
Grenell, además de ser embajador en Berlín, es un hombre de consulta permanente para Trump y que ahora en campaña suele escoltarlo a cenas de recaudación de fondos. Fue funcionario de George W. Bush en la representación de la ONU durante la guerra de Irak y estuvo en el staff del senador Mitt Romney.
El principal problema para una reunión, de momento, es que, según fuentes diplomáticas, Washington debe cumplir dos condiciones: dejar de reconocer a Juan Guaidó y que la base del encuentro no sea la salida de Maduro del Palacio de Miraflores. Sin esos pasos previos cualquier encuentro Trump- Maduro será inviable.
La reunión, por otra parte, supondría una rectificación total de la política de Estados Unidos hacia Venezuela. Aparte de las dudas acerca de si el presidente puede reunirse con alguien reclamado por "narcoterrorismo", de lo que el Departamento de Justicia señala a Maduro, semejante encuentro borraría de un plumazo el que ha sido el guion del gobierno de Trump desde que se instaló en la Casa Blanca, basado en el apoyo a Guaidó y el repudio total de Maduro.
Trump llegó incluso a insinuar una posible intervención militar contra el gobernante socialista, repitiendo como un mantra que "todas las opciones están sobre la mesa".