Diputados

El impuesto al juego online será más bajo para las empresas con inversiones en el país

Será de 2.5% y 5% para las que no tengan salas de juego. Escalará a 15% si tienen sede en paraísos fiscales. Fue incorporado al presupuesto, que tuvo dictamen. Cambiemos no firmó.

El proyecto de presupuesto 2021 obtuvo este viernes dictamen de comisión y el miércoles sería tratado en el recinto, con el agregado del impuesto al juego avalado por Martín Guzmán para aumentar la recaudación, pero que a último momento tuvo otra modificación: las empresas con inversiones en el país pagarán menos. 

Fue una propuesta del diputado oficialista Ariel Rauschenberger, de La Pampa, donde se ubica uno de los tantos casinos del país. Solicitó y logró asentimiento de sus pares para que el impuesto sobre las apuestas suba de 2 a 5%, pero se reducirá el 50% para las empresas con "inversiones genuinas en el país vinculados al rubro".

Uno de los beneficiados, claro está, será Cristóbal López, el zar del juego y dueño además de la señal de noticias C5N. De todos modos, el retoque apunta a no desalentar inversiones en medio de una corrida cambiara que no encuentra techo. 

El gobierno aumenta el impuesto al juego online para financiar el déficit 

Para compensar, habrá un aumento de la alícuota a 10% de las empresas con sede en el exterior y escalará a 15% si además tienen una base operativa en un paraíso fiscal. En el dictamen que había este jueves sólo estas últimas iban a pagar un 10.

"Acepto los cambios y vamos a acompañar", asintió Carlos Heller, presidente de la comisión de Presupuesto, dando cuenta de que se trataba de un paso de baile con su compañero de bancada. Como explicó LPO, el juego online recauda aproximadamente 2400 millones de dólares anuales, pero suele camuflarse en otras figuras jurídicas y la AFIP no logra rastrearlo. 

En este caso tendrá ayuda de la Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y Arsat para rastrear los dominios. Este último organismo se quedará con el 5% de la recaudación y el 95% restante se coparticipará con las provincias. 

Cambiemos no firmó el dictamen del presupuesto porque aún no definió opinión con los 40 artículos modificados el jueves y prefirió esperar a la sesión para tomar una postura. No le concedieron la mayoría de sus pedidos, como habilitar a los gobernadores a emitir deuda en pesos o coparticipar el impuesto País, que grava las compras de dólares. 

El cordobés Paulo Cassinerio firmó en disidencia, molesto porque no se incrementaron de 20 a 30 mil millones de pesos las partidas para el transporte del interior, como también por la escasa cifra para paliar los déficit previsionales de las provincias con caja de jubilaciones propias.

El texto enviado por Guzmán, prevé un crecimiento de la economía del 5.5% del PIB empujado por la inversión en obra pública, que llegará al 2.2% incentivada por una menor carga de intereses de la deuda, resultado del acuerdo con los bonistas extranjeros. 

De todas maneras, el déficit fiscal proyectado es de 4.5% del PIB y un 35% se financiará con emisión monetaria, motivo de inflación y de presión al dólar, además de reclamos de las provincias porque es dinero que no se coparticipa. El presupuesto, además, no incluye programas de asistencia aplicados este año por la pandemia, como el IFE y el ATP. La oposición cree que se sumarán igual al gasto. 

Entre los 40 cambios del jueves hubo nuevos retoques. Se mantiene la zona franca de frontera en Misiones pero no estará restringida a cuatro municipios. Serán elegidos por el Gobierno y las empresas favorecidas deberán reinvertir utilidades en la provincia. El radical Jorge Rizzotti pidió que consideren un beneficio similar para La Quiaca, pero no lo consiguió. 

Otro retoque de Heller fue darle a la secretaría de Energía la facultad de regularizar las deudas "razonables" de las distribuidoras eléctricas con la mayorista Cammesa.