Córdoba

Río Cuarto vuelve a fase 1 y pone en tensión la estrategia anticuarentena de Schiaretti

La segunda ciudad de Córdoba tiene 1700 casos y el riesgo del colapso del sistema sanitario.

La situación sanitaria y social en la ciudad de Río Cuarto es delicada. Con casi 1.700 casos activos, registros que van ascenso y un riesgo de colapso del sistema sanitario, el intendente peronista Juan Manuel Llamosas aceptó la sugerencia de los especialistas y anunció un retroceso de fase.

En conferencia de prensa y con el respaldo de todo el arco político, académico, sanitario y religioso de la ciudad, el jefe comunal avisó que desde el sábado próximo y durante diez días, la Capital alterna de la provincia vuelve a la fase más dura de la cuarentena.

"Hoy tenemos que dar un paso para atrás. El equipo médico me recomendó retrotraer la actividad para disminuir la circulación de personas", arrancó en su discurso el intendente.

En el pico de la pandemia, Schiaretti delega decisiones a los intendentes

Se trata de un escenario que, políticamente, no es el esperado por el gobernador Juan Schiaretti quien aún en momentos epidemiológicos tan críticos como el actual, sostiene que Córdoba no puede dar un paso hacia atrás. Tanto es así, que hasta desde lo discursivo hubo órdenes de cambio para el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), encargado de la estrategia provincial frente al Covid-19. En Córdoba no quieren hablar de "fases" y sí de cordones sanitarios que van desde estrictos hasta flexibilizados.

Sin embargo, la situación en Río Cuarto se complicó y hoy el brote es el más importante del interior, representa casi el 20 por ciento del total de los contagiados en la provincia, y amenaza con poner en rojo al resto del departamento.

Por eso, sin margen para negarse, Llamosas debió oficializar una medida que gran parte de su población rechaza y que, incluso, podría derivar en nuevas manifestaciones contra el gobierno local.

Con esta decisión, el intendente pone en juego su capital político de cara a los comicios municipales postergados, por segunda vez, para el 29 de noviembre. Si la medida resulta efectiva, Llamosas saldrá consolidado. Pero si, en cambio, durante estos diez las restricciones no dan resultado y el malhumor social aumenta, el riesgo que asume es grande.

Esa será la parada electoral más importante de este año y funcionará como un primer test nacional ya que el peronismo cordobés y el Frente de Todos ensayaron una alianza e impulsan la reelección de Llamosas, mientras que Juntos por el Cambio lleva al radical Gabriel Abrile.

Mientras el oficialismo municipal observa con preocupación que el cuadro sanitario se agrava y que el sistema de salud comienza a sentir la sobrecarga, el malestar de los habitantes se incrementa y eso impacta de lleno en la imagen de Llamosas cuyo mandato debió ser prorrogado.

En cambio, el tiempo parece jugar a favor del principal opositor y representante de Juntos por Río Cuarto quien apuesta a crecer en las encuestas y achicar márgenes con su rival. Por su rol de médico terapista, Abrile mantuvo un alto perfil a lo largo de todos estos meses.

En la segunda ciudad de Córdoba la pandemia se mezcló con lo electoral y el desgaste comienza a sentirse en el gabinete de Llamosas que ayer recibió las primeras quejas y reclamos de los comerciantes por el decreto de fase 1.

Por ahora, repiten desde el oficialismo, la prioridad es contener la expansión del virus en Río Cuarto y evitar que se dispare el número de muertos.

"Sé que el sector económico y productivo viene sufriendo los últimos años y si algo nos faltaba era una pandemia, que afectó la economía de todo el mundo. Pero necesitamos preservar la salud de todos, porque queremos a trabajadores y empresarios sanos", justificó Llamosas.