Congreso

La sesión de la farsa

Sergio Massa tuvo cinco meses para redactar un protocolo sanitario para sesionar de manera presencial. Poder manejar la agenda a discreción y desde la virtualidad es inclinar la cancha a las necesidades del oficialismo y no de toda la población.

¿Por qué los Diputados de la Nación tenemos que tener privilegios? ¿Por qué los Diputados de la Nación no podemos llevar adelante nuestra labor de manera presencial? Cuando miles de trabajadores de la salud, miles de trabajadores de las fuerzas de seguridad y miles de trabajadores esenciales le ponen el cuerpo a la pandemia, ¿por qué los Diputados de la Nación debemos escondernos detrás de una pantalla?

El presidente de la Cámara, Sergio Massa, dispuso de cinco meses para redactar y consensuar un protocolo sanitario que nos permitiera sesionar de manera presencial, algo que no hizo ni explicó por qué no hizo; de la misma manera que no explicó por qué los protocolos para los casinos salieron en menos de 24 horas, publicados en el Boletín Oficial

La del último miércoles no fue una sesión: fue una farsa. Tanto que quienes recorrimos más de mil kilómetros para estar sentados en nuestras bancas, discutiendo temas importantes, figuramos como ausentes y quienes, desde sus casas o despachos, sesionaban de manera virtual fueron considerados presentes.

Sin dudas hay intencionalidad en el Presidente del Congreso y su posición no es caprichosa, sino que responde a un mandato desde la Vicepresidencia de la Nación, posición que se vio reafirmada cuando, muy desdibujado en la negociación, permitió que el Presidente de la bancada oficialista, Máximo Kirchner, se hiciera cargo de prácticamente todas las decisiones.

Todos estamos dispuestos a debatir y apoyar los temas importantes, como el de la pesca ilegal. Este es un tema importante y no menor desde el punto de vista económico, ya que todos los argentinos perdemos miles de millones de dólares a manos de piratas que vienen a saquear nuestros mares. No debe haber grieta en estos temas, como tampoco podemos estar de acuerdo es que se utilice una agenda consensuada para meter de manera forzada la reforma judicial, otro tema que, por supuesto, estamos dispuestos a debatir, pero de la manera que corresponde, en igualdad de condiciones y no con la cancha inclinada a través de la virtualidad del Congreso, como pretenden Sergio Massa y el oficialismo.

El desempeño de quien es el tercer funcionario en la línea sucesoria del poder, no solo fue una farsa, sino que dejó en evidencia que no hay intención de tratar temas de agenda común y para el bien común sino manejar desde la virtualidad la agenda parlamentaria. Eso no podemos permitirlo, porque en el Congreso deben estar representadas todas las voces y el principal bloque opositor y el que va a plantarse ante las irregularidades, mal que les pese, es el de Juntos por el Cambio.