Coronavirus

Los brotes en Tucumán, un ejemplo de los límites de la estrategia de cierre de fronteras

Tras aplicar una polémica ley, la provincia gobernada por Juan Manzur pasó de tener la situación controlada a sospechas de circulación comunitaria.

Aunque no es una de las provincias más complicadas del país por el coronavirus, Tucumán empieza a encender alertas por el crecimiento de los casos de las últimas semanas y la posibilidad cada vez más concreta de que haya circulación comunitaria del virus.

Tras duplicarse los casos en una semana, el gobierno de Juan Manzur decretó el domingo la suspensión de las reuniones sociales, de actividades recreativas en plazas y parques, deportes en equipo y de las ferias. "Más del 95 por ciento (de los positivos) han tenido contacto por reuniones sociales o familiares", reveló la ministra de Salud Pública, Rossana Chahla.

En el gobierno de Manzur se resisten a admitir la existencia de transmisión comunitaria y aseguran que detectaron el nexo epidemiológico de todos los positivos. Sin embargo, un gremio de trabajadores de salud denunció que los supuestos nexos epidemiológicos son "poco claros" y aseguran que en su apreciación ya hay circulación del virus.

Se multiplican los brotes en Tucumán y temen que haya circulación comunitaria

La provincia registró en pocos días focos de contagios en Lastenia y Las Talitas, pero los casos empezaron a aparecer en San Miguel, Tafí Viejo, Yerba Buena y Concepción, entre otras localidades. Como contó LPO, el mayor temor es que el virus circule por la capital tucumana, que es la ciudad más poblada del norte argentino con mas de un millón de habitantes contando la periferia. La densidad poblacional puede ser un factor muy complejo para enfrentar al virus.

Durante muchas semanas Tucumán logró controlar con éxito la pandemia, al punto que pasó a fase 5 con apertura de bares y restaurantes (ahora puesta en duda por el gobierno) y era una de las provincias donde se diagramaba el regreso de las clases. Una de las medidas del gobierno de Manzur para apuntalar esa situación favorable fue una polémica ley que dispuso el cierre de los límites provinciales durante 60 días, aprobada hace poco menos de un mes.

Paradójicamente, el cierre de las fronteras coincidió con la aparición de más casos, todos a partir de "importados" de zonas como el AMBA. Como explicó LPO, la apuesta de "cero contagios" tiene un obstáculo muy grande en la realidad y es que las provincias están interconectadas y necesitan abastecerse especialmente de Buenos Aires. Eso, más allá de cualquier disposición legal, hace muy difícil frenar los contagios.

Advierten que es inconstitucional la ley que cierra los límites de Tucumán: "Es casi un alzamiento"

"La única forma es que las personas no tengan contactos estrechos. En todas las provincias hubo focos a pesar de este tipo de leyes e incluso de la realización de los test rápidos para transportistas", explica un especialista médico.

Otro punto débil de esta estrategia es la falsa sensación de que una provincia puede "aislarse" y, por tanto, se relajan los controles y las medidas de prevención. "Sobre todo con las flexibilizaciones puede darse una idea de situación superada, por eso es muy necesario que haya campañas fuertes para alertar", completa.

El DNU de este lunes que extiende la cuarentena aporta un dato sobre la extensión territorial del virus: hasta hace quince días el 39,5 por ciento de la población vivía en una zona con trasmisión comunitaria sostenida, mientras que ahora ya afecta al 49,8 por ciento

Lo cierto es que más allá del cierre de fronteras de las provincias, la estrategia de "cero contagios" choca con otra realidad: en todos los países el virus ha tenido un comportamiento bastante previsible y es que comienza a en un gran centro urbano y luego se expande. La "mancha de aceite" de la que habla el ministro Gollán.

En Brasil, por ejemplo, tras atacar ferozmente a San Pablo, Rio de Janeiro y otras grandes urbes, el virus ya llegó al 98 por ciento de las ciudades. En Argentina, el DNU de este lunes que extiende la cuarentena aporta un dato sobre la extensión territorial del virus: hasta hace quince días el 39,5 por ciento de la población vivía en una zona con trasmisión comunitaria sostenida, mientras que ahora ya afecta al 49,8 por ciento.