Cambiemos impulsa un acuerdo de Amaya y Alfaro para enfrentar al sucesor de Manzur

Los radicales ya se disputan la lista de senadores de 2021. La estrategia de seducción de Manzur.

Un sector de Cambiemos ya está trabajando para unificar a la oposición tucumana detrás de una fórmula que compita contra el sucesor de Juan Manzur en las elecciones de 2023.

Como explicó LPO, el gobernador tucumano no podrá ir por otra reelección cuando finalice su segundo mandato y por eso su vice, Osvaldo Jaldo, ya trabaja para sucederlo. En esa carrera está enfrentando a Manzur, que prefiere a otro sucesor.

La oposición, en tanto, tiene varios sectores que fueron juntos en Cambiemos y que ahora dependen como nunca de unas Paso para mantener el frente unido. A Cambiemos en Tucumán lo representan varios sectores heterogéneos. 

El partido más representativo es la UCR, que tiene a José Cano y Silvia Elías de Pérez como sus dos últimos candidatos a gobernadores. Elías de Pérez buscará renovar su banca de senadora el año que viene y Cano, actualmente diputado, quiere encabezar esa lista rumbo a la Cámara alta. Pero ese no es el único posible roce: hay tres intendentes radicales con poder que están dispuestos a disputar espacios. Ellos son Mariano Campero, de Yerba Buena; Roberto Sánchez de Concepción y Sebastián Salazar de Bella Vista.

Alberto se mete en la interna por la sucesión de Manzur 

Pero pese a que la UCR tiene este armado, un sector de Cambiemos considera que quien es más competitivo es un peronista: Germán Alfaro, intendente de San Miguel, la ciudad más grande del norte argentino con alrededor de un millón de habitantes, que representa el 40% del electorado tucumano.

Alfaro recibió cuestionamientos en Cambiemos cuando su esposa, la diputada nacional Beatriz Ávila, se fue del bloque. Pero sin embargo, el intendente nunca se sumó al Gobierno nacional ni tampoco al de Manzur, pese a que proviene del justicialismo. Ahora, el sector de centro encabezado por Rogelio Frigerio y Emilio Monzó trabaja en su candidatura, a sabiendas de que es uno de los dirigentes opositores con mayor imagen en Tucumán.

Manzur también lo sabe y por eso terminó con una guerra de años con el intendente de la capital provincial, con el que se acercó considerablemente por motivo de la pandemia. Según aseguran en Tucumán, el gobernador dejó de "discriminar" a San Miguel y curiosamente uno de los más perjudicados a futuro es su vice Jaldo, que tiene un fuerte manejo del interior de la provincia y de la Legislatura tucumana.

El antecesor de Alfaro en la capital, Domingo Amaya, es la otra opción de Frigerio y Monzó para la gobernación. Amaya se fue con una buena imagen de la intendencia y apoyó a Alfaro como su sucesor en 2015, cuando él acompañó a Cano en la polémica elección que ganó Manzur aquel año. Pero la relación de Alfaro y Amaya estalló poco tiempo después y nunca se recompuso. Por eso en el PRO trabajan para acercar a ambos dirigentes, sabiendo que lo más difícil será convencer a los radicales de apoyar a una fórmula 100% peronista sin primarias de por medio.

Frigerio y Monzó fueron convocados este viernes a un zoom en Tucumán, organizado por Amaya, y volvieron a insistir con la necesidad de ir hacia el centro y buscar la moderación por parte de la oposición. "Vamos camino a una crisis profunda que va a impactar de lleno en la clase media y en las pymes, que son las principales generadoras de empleo genuino. Sin un acuerdo político entre el gobierno, la oposición y los diferentes sectores será muy difícil construir un horizonte de salida, reactivación y crecimiento", aseguraron ante los 700 tucumanos que participaron del encuentro virtual.