México

El mexicano Gurría renuncia a otro mandato en la OCDE por temor a que lo vinculen con Odebrecht

En el gobierno de AMLO creen que teme a lo que pueda declarar Lozoya. Su renuncia es un envión para que Seade llegue a la OMC.

 El anuncio de José Ángel Gurría de que dejará la conducción de la OCDE coincide con la partida de un avión oficial hacia Madrid, para transportar hacia México, al ex director de Pemex, Emilio Lozoya, que deberá responder por casos de presunta corrupción. Dos hechos a simple vista inconexos pero que en el staff presidencial relacionan sin dudar: Gurría teme que Lozoya lo quiera salpicar en las historias de Odebrecht en México y por eso precipita su salida.

El argumento cobra fuerza si se considera que el anuncio de Gurría es inesperado hasta para sus principales colaboradores en París, ciudad donde el ex funcionario de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo ya ha hecho su vida a todo nivel.

Gurría siempre fue visto por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador como un exponente perfecto del modelo neoliberal. A diferencia de otros casos similares, que han bajado el perfil ya sea en la academia o en el empresariado, Gurría tenía todavía la potente vocería de la OCDE, mejor conocido como el club de los países ricos.

Desde que AMLO es presidente Gurría hizo apenas una visita a México, el pasado enero. En público fue tibio, cordial, alabó algunas medidas de Arturo Herrera y señaló la necesidad de una reforma fiscal. En privado fue directamente demoledor contra la 4T. El escenario fue una cena en Lomas de Chapultepec, organizada por Claudio X. González.

La tesis que circula en Palacio Nacional sobre la salida de Gurría se sustenta en el dato de que este le abrió algunas puertas a Marcelo Odebrecht cuando quien fuera el constructor más grande de América Latina se interesó en México. Y eso podría ser narrado por Lozoya, que tiene que aportar mucha información para ser considerado testigo cooperante.

La renuncia viene a neutralizar el impacto de cualquier acusación y además, debe decirse, es un guiño a la 4T porque, como creen en la Cancillería, le juega a favor a Jesús Seade en su plan de conducir la OMC. Sucede que con Gurría en la OCDE, Agustín Carstens en el BIS y Alicia Bárcena en la Cepal, ya habría demasiados mexicanos en organismos multilaterales de peso en el rumbo de la economía. La salida de Gurría abre un casillero que ahora podría ser para Seade en la OMC.